
Recientemente, la economía estadounidense ha mostrado signos de contracción, un fenómeno que se ha acentuado en las últimas semanas. Según el último informe de la Reserva Federal, la desaceleración en la contratación y las preocupaciones de consumidores y empresas sobre el aumento de precios relacionados con los aranceles han contribuido a esta situación económica. Este informe, conocido como el «Beige Book», revela que la actividad económica ha disminuido levemente desde el anterior análisis realizado el 23 de abril.
Perspectivas de empleo y demanda laboral
En la evaluación realizada por la Reserva Federal, se destacó que la contratación se ha mantenido «poco cambiada» en la mayoría de los 12 distritos de la Fed. Siete de estos distritos describieron la situación laboral como «plana», en un contexto donde la cantidad de solicitantes ha aumentado y las tasas de rotación han disminuido. Este panorama sugiere una falta de dinamismo en el mercado laboral, con una demanda de trabajo en declive, caracterizada por la reducción en las horas trabajadas, pausas en las contrataciones y planes de reducción de personal en algunas empresas.
El informe también mencionó despidos en ciertos sectores, aunque estos no se consideran generalizados. En cuanto a la inflación, la Fed observó un incremento moderado en los precios, y se reportó que muchos de sus contactos esperan que los costos y precios continúen aumentando a un ritmo más acelerado en el futuro. Las expectativas sobre los aumentos de precios varían entre las empresas, algunas de las cuales podrían verse obligadas a reducir márgenes de beneficio o implementar «tarifas temporales».
Un aspecto clave del informe fue la mención recurrente de los aranceles, que aparecieron 122 veces, en comparación con las 107 menciones del mes anterior. Esto refleja la creciente preocupación en torno a cómo las políticas comerciales, impulsadas por la administración de Donald Trump, están afectando la economía. A principios de mayo, Trump anunció que relajaría los aranceles recíprocos contra China, lo que fue recibido con optimismo en Wall Street. Sin embargo, persisten temores sobre el impacto inflacionario que estas medidas pueden acarrear, así como sobre la posibilidad de que la contratación y la economía en general enfrenten un estancamiento debido a estas tensiones comerciales.
A nivel regional, se observó que ciudades como Boston, Nueva York y Filadelfia reportaron una actividad económica en declive, mientras que Richmond, Atlanta y Chicago mostraron un crecimiento más robusto. En particular, en Nueva York, se identificó una «incertidumbre elevada» y un aumento en los precios de insumos, lo que recalca el impacto de los costos inducidos por los aranceles. En contraste, Richmond experimentó un ligero aumento en la contratación, a pesar de los esfuerzos de Trump por reducir la nómina del gobierno federal.