
Un avance en la datación de los Manuscritos del Mar Muerto mediante inteligencia artificial
Los Manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en las cuevas que rodean el Mar Muerto desde la década de 1940, han sido objeto de estudio durante décadas, generando numerosas interrogantes sobre su origen y datación. Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Groninga, en los Países Bajos, ha desarrollado una inteligencia artificial denominada Enoch, capaz de proporcionar fechas más precisas para un centenar de estos antiguos textos. Este sistema ha sido entrenado utilizando rollos que ya habían sido datados mediante la técnica de carbono-14, logrando adelantar la redacción de muchos manuscritos entre 50 y 150 años respecto a las estimaciones anteriores.
La IA Enoch ha demostrado su capacidad para datar manuscritos individuales, lo que permite obtener una mayor precisión en la cronología de cada texto. Según Mladec Popović, director del Instituto Qumrán y coautor de la investigación, esta herramienta no solo proporciona un rango de datación más amplio, sino que también puede influir en la percepción de los académicos sobre el desarrollo de ideas específicas en contextos históricos. Anteriormente, se creía que la mayoría de los manuscritos habían sido escritos entre el 250 a.C. y el 60 d.C., pero los nuevos hallazgos sugieren que algunos podrían ser mucho más antiguos.
El proceso de entrenamiento de Enoch implicó el análisis de la forma y el trazo de los textos, sin necesidad de evaluar su contenido. Tras su entrenamiento con 25 manuscritos, la IA fue capaz de analizar 135 rollos, logrando una tasa de aciertos del 79% en sus dataciones, según la revisión de paleógrafos humanos. Este enfoque ofrece la ventaja de no dañar los manuscritos, ya que utiliza copias digitalizadas, lo que representa un avance significativo en el estudio de estos valiosos textos. Además, Enoch se encuentra disponible para otros investigadores, lo que permitirá que más académicos utilicen esta herramienta para datar manuscritos de interés. Aunque los resultados son prometedores, Popović advierte que aún es prematuro determinar el impacto completo de estos hallazgos en nuestra comprensión del contexto histórico de los manuscritos.