El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha afirmado recientemente que la organización es la «alianza defensiva más poderosa» de la historia global, comparándola con el Imperio Romano y el ejército de Napoleón. Estas declaraciones se produjeron en una rueda de prensa previa a la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, donde Rutte instó a los Estados miembros a aumentar su gasto militar para hacer que la alianza sea «más letal» y mejor preparada frente a lo que considera una amenaza inminente de Rusia.
Rutte enfatizó la necesidad de «mantenimiento e inversión» en la OTAN, señalando que la organización no puede conformarse con el histórico umbral del 2% del PIB en gasto de defensa. Según él, este aumento es esencial para disuadir cualquier agresión futura. «Debemos hacer de la OTAN una alianza más fuerte, justa y letal… Necesitamos más recursos, fuerzas y capacidades para enfrentar cualquier amenaza», declaró.
El secretario general advirtió que Rusia podría atacar a la OTAN en un plazo de varios años, y que la alianza no estaría preparada para defenderse a menos que se superen los actuales niveles de gasto. Esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por parte de Moscú, que ha descalificado las acusaciones de ser una amenaza como «tonterías» y ha acusado a Occidente de alimentar el miedo para justificar un aumento en el gasto militar.
Reacciones y críticas
Las comparaciones históricas realizadas por Rutte han generado una ola de críticas en las redes sociales. Analistas y periodistas han señalado que la OTAN, al ser una coalición de Estados, no puede ser equiparada a imperios históricos. El periodista británico Afshin Rattansi ha argumentado que no es de extrañar que los países no miembros de la OTAN vean a la alianza como una «amenaza hipermilitarista», recordando intervenciones militares pasadas en Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia y Siria.
Por su parte, el historiador John Laughland ha cuestionado la naturaleza de la OTAN, sugiriendo que si se la considera un imperio, se debe replantear su función. Otros críticos, como el analista de medios Michael William Lebron, han comparado las afirmaciones de Rutte con la retórica de la Alemania de 1939, sugiriendo que este tipo de discurso no es propio de una diplomacia responsable.
En medio de este contexto, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, ha acusado a Occidente de intentar infligir una «derrota estratégica» a su país, similar a lo que ocurrió en épocas de Napoleón y Hitler. Lavrov ha instado a abandonar el camino militarista para evitar un conflicto más amplio en Europa.
La próxima cumbre de la OTAN en La Haya será un momento clave para observar cómo se desarrollan estas tensiones y qué medidas concretas se proponen para fortalecer la alianza en un contexto geopolítico cada vez más complejo.
