¿Qué sucede con un cuerpo si muere en el espacio?

In Ciencia y Tecnología
junio 07, 2025

La muerte en el espacio: un desafío para la exploración humana

La exploración espacial ha sido una de las hazañas más desafiantes de la humanidad desde que comenzó hace más de seis décadas. A lo largo de este tiempo, se han registrado 20 muertes relacionadas con vuelos espaciales, siendo las tragedias más notables las de los transbordadores espaciales de la NASA en 1986 y 2003, así como el accidente de la misión Soyuz 11 en 1971 y el incendio en la plataforma de lanzamiento del Apollo 1 en 1967. A pesar de la complejidad y el riesgo inherente a estos viajes, el número de fatalidades es relativamente bajo, lo que subraya los avances en la seguridad espacial. Sin embargo, con los planes de la NASA de enviar una tripulación a la Luna en 2025 y a Marte en la próxima década, surge la inquietante cuestión de qué sucedería si ocurriese una muerte durante estas misiones.

En el caso de que un astronauta falleciera en una misión en órbita baja, como en la Estación Espacial Internacional, la tripulación podría devolver el cuerpo a la Tierra en cuestión de horas. En una misión lunar, el cuerpo podría ser traído de vuelta en pocos días, ya que la NASA tiene protocolos establecidos para manejar tales situaciones. Sin embargo, la dinámica cambiaría drásticamente en una misión a Marte, donde el viaje podría durar varios años. En este escenario, el cuerpo del astronauta fallecido probablemente permanecería en la nave espacial hasta el final de la misión, siendo preservado en una cámara especial o en un saco diseñado para tal fin. El ambiente controlado de la nave podría ayudar en la conservación del cuerpo durante el tiempo que fuera necesario.

La situación se complica aún más si consideramos los eventos que podrían llevar a la muerte de un astronauta en el espacio exterior, es decir, fuera de la protección de una nave o traje espacial. La exposición al vacío del espacio resultaría en la muerte casi instantánea del astronauta, debido a la falta de presión y oxígeno. En el caso de las misiones a la Luna o Marte, la escasa o inexistente atmósfera de estos cuerpos celestes implicaría un destino similar, con la muerte resultante de la asfixia y la ebullición de los fluidos corporales. En el desafortunado evento de que un astronauta falleciera en la superficie de Marte, la cremación sería poco práctica debido a la energía que requeriría, y el entierro podría contaminar el suelo marciano. Por lo tanto, es probable que la opción más viable sería conservar el cuerpo hasta su regreso a la Tierra, lo que plantea un número de desafíos éticos y logísticos que deben ser considerados en la planificación de futuras misiones espaciales.

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