
La población de rinocerontes negros y blancos en el área del Gran Kruger, que incluye el Parque Nacional Kruger y reservas circundantes en Sudáfrica, ha experimentado un drástico descenso, pasando de más de 10,000 rinocerontes en 2010 a alrededor de 2,600 en 2023. Cada año, cientos de rinocerontes son asesinados por cazadores furtivos en busca de sus cuernos, que son comercializados en el mercado negro global.
Para combatir esta problemática, los gestores de reservas naturales, guardabosques, financiadores internacionales y organizaciones sin fines de lucro locales han invertido millones de dólares en intervenciones contra la caza furtiva. Estas estrategias incluyen el uso de perros rastreadores, cámaras de detección con inteligencia artificial, helicópteros para la supervisión de las reservas y, más recientemente, la deshornación (eliminar los cuernos de los rinocerontes reduce el incentivo para los cazadores furtivos).
Un estudio sobre la efectividad de la deshornación
La Fundación de Protección Ambiental del Gran Kruger llevó a cabo un proyecto de investigación en colaboración con varios gestores de reservas, guardabosques y científicos de la Universidad de Ciudad del Cabo, la Universidad Nelson Mandela, la Universidad de Stellenbosch y la Universidad de Oxford. Este estudio reunió siete años de datos sobre la caza furtiva de rinocerontes en un área de 2.4 millones de hectáreas en el noreste de Sudáfrica y el oeste de Mozambique.
Durante este período, se documentó la caza furtiva de 1,985 rinocerontes en 11 reservas del área del Gran Kruger, lo que representa aproximadamente el 6.5% de las poblaciones de rinocerontes en estas reservas cada año. Este paisaje es un bastión crítico que conserva alrededor del 25% de todos los rinocerontes de África.
El resultado más destacado de nuestro estudio fue que la deshornación de rinocerontes logró una reducción del 78% en la caza furtiva (promedio en las reservas donde se implementó). Esta conclusión se basa en la comparación entre sitios con y sin deshornación, así como en los cambios en la caza furtiva antes y después del proceso. Se deshornaron exactamente 2,284 rinocerontes en ocho reservas durante los siete años de nuestra investigación, lo que representa la mayoría de los rinocerontes en la región.
A pesar de estos avances, es fundamental señalar que la deshornación no es una solución completa. Nuestro estudio encontró que 111 rinocerontes fueron cazados furtivamente a pesar de haber sido deshornados. Esto se debe a que se deja hasta 15 cm de cuerno en el rinoceronte durante el proceso para proteger la placa de crecimiento en la base del cuerno. Además, los cuernos de los rinocerontes vuelven a crecer con el tiempo, lo que significa que los grupos criminales siguen dispuestos a matar rinocerontes por sus restos, aunque a tasas más bajas que antes de la deshornación.
Por lo tanto, es más adecuado considerar la deshornación como una solución temporal muy efectiva que nos da tiempo para abordar las causas más profundas de la caza furtiva: la demanda de cuernos, la desigualdad socioeconómica, la corrupción y las redes criminales organizadas.
La investigación destaca la importancia de una colaboración sólida entre gestores y científicos. El proyecto fue concebido por los gestores de reservas que están en la primera línea de la conservación de rinocerontes y liderado por Sharon Haussmann, CEO de la Fundación de Protección Ambiental del Gran Kruger. Estos gestores reconocieron la necesidad de evaluar si sus inversiones en perros rastreadores, cámaras de inteligencia artificial y otras intervenciones estaban dando resultados.
Trágicamente, Sharon falleció de manera inesperada el 31 de mayo, menos de una semana antes de la publicación de nuestra investigación, y queremos dedicar este trabajo a su legado.
A pesar de la inversión de 74 millones de dólares (R1 mil millones) en intervenciones contra la caza furtiva entre 2017 y 2021, la mayoría de este dinero se centró en la aplicación de la ley reactiva, como rangers, perros de rastreo, helicópteros, controles de acceso y cámaras de detección. Aunque esto resultó en más de 700 arrestos de cazadores furtivos, nuestro estudio no encontró evidencia estadística de que estas intervenciones redujeran significativamente la caza furtiva.
Las intervenciones son necesarias, pero se ven comprometidas por desafíos mayores. Por ejemplo, la aguda desigualdad socioeconómica en la región crea condiciones propicias para que el crimen prospere, facilitando que las redes criminales recluten a personas dispuestas a asumir el gran riesgo de cazar rinocerontes. Además, la corrupción arraigada entre la policía y el personal de las reservas permite a los delincuentes acceder a información privilegiada sobre las ubicaciones de los perros, las cámaras y los rinocerontes, lo que impide que la caza furtiva sea disuadida de manera efectiva. Finalmente, los sistemas de justicia penal ineficaces significan que los delincuentes arrestados a menudo evaden castigo, como se ha evidenciado en el Gran Kruger, donde algunos cazadores furtivos son reincidentes.
Para abordar la caza furtiva de manera más efectiva, se necesita una combinación de intervenciones complementarias a la deshornación. Existen indicios de que deshornar rinocerontes en una área puede hacer que los cazadores furtivos se desplacen a otra área donde los rinocerontes aún tienen cuernos, como ha sucedido en el segundo mayor bastión de rinocerontes de Sudáfrica, el Parque Hluhluwe-iMfolozi, donde los rinocerontes no han sido deshornados.
Nuestros hallazgos desafían la idea convencional de que detectar y arrestar a los cazadores furtivos es suficiente por sí solo. En cambio, recomendamos las siguientes medidas:
- Dar voz y participación a las comunidades locales, muchas de las cuales no tienen voz ni comparten los beneficios de la conservación de los rinocerontes.
- Desmantelar las redes criminales transnacionales fuera de las áreas protegidas mediante investigaciones basadas en inteligencia (seguir el dinero).
- Continuar apoyando la deshornación a corto plazo como una medida temporal que permita abordar los principales impulsores del crimen contra la vida silvestre: desigualdad, demanda de cuernos y corrupción.
- La deshornación debe ir acompañada de otras medidas de protección para los rinocerontes.
- Priorizar el bienestar de las personas, especialmente de los rangers, cuyas condiciones laborales, salarios, formación y seguridad no siempre reciben la atención o los fondos que merecen.
- Seguir promoviendo el amor por los rinocerontes y fomentar la educación sobre su conservación.