Innovación en la construcción: Pintura termocromática para un hogar más ecológico
Cuando Joe Doucet adquirió una nueva vivienda en Katonah, Nueva York, se propuso hacerla lo más respetuosa con el medio ambiente posible. Como diseñador e inventor, se preguntó si el exterior de su hogar podría contribuir a mitigar los efectos del cambio climático. Un aspecto que no había considerado previamente fue el color de la pintura de la casa, un factor que puede influir significativamente en la temperatura interna de los edificios. Doucet comenzó a investigar cómo diferentes colores afectan el calor y la temperatura en un clima como el de Nueva York, caracterizado por veranos calurosos e inviernos fríos y nevados.
Para abordar esta cuestión, Doucet fabricó modelos a escala de su casa utilizando impresión 3D, aplicando diversos colores y niveles de aislamiento. A lo largo de un año, observó que durante el invierno, el modelo negro mantenía una temperatura interna promedio de 7 grados Fahrenheit más alta que el modelo blanco, mientras que en verano, el modelo blanco resultaba ser 12 grados Fahrenheit más fresco. Esta investigación le llevó a la conclusión de que no era viable pintar la casa dos veces al año, por lo que comenzó a explorar otras soluciones que pudieran adaptarse a las variaciones estacionales.
Inspirado por su fascinación infantil por los anillos de estado de ánimo, que cambian de color según la temperatura del cuerpo, Doucet desarrolló un pigmento termocromático que cambia de color en función de la temperatura ambiente. Al combinar este pigmento con pintura convencional, logró crear una sustancia que se oscurece a temperaturas inferiores a 25 grados Celsius y se aclara a medida que la temperatura aumenta. Este avance podría representar un cambio significativo en la forma en que se construyen y pintan las viviendas en zonas templadas del mundo, donde las temperaturas varían considerablemente entre las estaciones. Aunque la implementación de esta tecnología podría tardar entre cinco y diez años, la perspectiva de un hogar que responda a las condiciones climáticas plantea un futuro interesante para la eficiencia energética y la sostenibilidad en la construcción.
