Un reciente estudio publicado en el Journal of Librarianship and Scholarly Communication pone de manifiesto cómo los museos rusos han sido utilizados como herramientas de propaganda desde la invasión de Ucrania en 2022. La investigación, conducida por Ksenia Lavrenteva de la Universidad de Exeter, examina diversas prácticas y políticas culturales implementadas en estos espacios, revelando un patrón de ideologización que busca justificar la agresión militar y distorsionar la identidad cultural ucraniana.
La utilización ideológica de los museos rusos
Desde el inicio del conflicto, los líderes rusos han empleado museos y sus colecciones digitales para promover una narrativa de unidad eslava y negar la identidad ucraniana. Antes de 2022, ya existían esfuerzos por presentar la historia y cultura de Ucrania como inseparables de Rusia. Sin embargo, en los últimos tres años, se han intensificado exposiciones que representan territorios ocupados como históricamente rusos, enmarcando la invasión como una lucha contra el nazismo y la OTAN, a la vez que glorifican la intervención militar rusa.
La investigación abarcó cuatro importantes instituciones: el Museo Ruso, el Museo Estatal del Ermitage, el Museo Histórico Estatal y el Museo Estatal de Bellas Artes Pushkin. Además, se revisaron 25 sitios web de museos rusos. Se concluyó que estos espacios funcionan como componentes del aparato ideológico del Estado, lo que sugiere que los investigadores deberían priorizar fuentes no rusas para obtener una perspectiva más crítica y equilibrada sobre el patrimonio cultural.
Desde la invasión, han tenido lugar al menos 50 exposiciones en línea sobre Ucrania y su cultura, a menudo presentadas por museos en territorios ocupados. Las políticas de acceso a las colecciones digitales se han vuelto más restrictivas, con un control más severo sobre la información y un cierre de datos relacionados con Rusia. Este fenómeno pone de relieve cómo las instituciones culturales pueden ser instrumentalizadas para reforzar ideologías estatales y suprimir disidencias.
Lavrenteva resalta que los museos bajo regímenes autoritarios pueden ser utilizados para reforzar narrativas estatales a expensas de la verdad histórica. El acceso abierto a la información cultural puede facilitar una mayor diversidad en las representaciones, pero también puede amplificar la difusión de narrativas ideológicas opresivas si no se maneja con cuidado.
Desde el comienzo de la invasión, se han celebrado numerosas exposiciones que retratan a los héroes de la intervención rusa, incluyendo pertenencias de soldados. Proyectos como «Ángeles de Donbás», que conmemora a los niños fallecidos en las regiones de Donetsk y Lugansk, son presentados como exposiciones, aunque consisten en una simple colección de imágenes y descripciones breves.
Además, las directrices recientes del Ministerio de Cultura de Rusia establecen que las exposiciones deben resaltar la importancia histórica de las regiones ocupadas como partes integrales de Rusia, enfatizando supuestas agresiones ucranianas y justificando la invasión. Este marco normativo se complementa con la Ley Federal No. 63-FZ de 2023, que clasifica los objetos museísticos en territorios ocupados como parte del Fondo Museístico de la Federación Rusa, lo que implica la digitalización y presentación de estos objetos bajo la ideología rusa.
En este contexto, es crucial que la comunidad internacional y las instituciones culturales mantengan un enfoque crítico hacia la información que emana de estas fuentes, asegurando una representación justa y equilibrada de la historia y la cultura de Ucrania, así como de la complejidad de la situación actual.
