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El impacto del populismo en la estabilidad de los gobiernos europeos

In Sin categoría
junio 13, 2025

Los partidos populistas han dejado de ser un fenómeno marginal para convertirse en una fuerza política establecida en numerosos países europeos, desafiando de forma fundamental el sistema democrático. A través de una retórica dura contra la «élite», estos partidos se presentan como los únicos representantes de la «verdadera voluntad del pueblo». Para imponer esta supuesta voluntad, rechazan con frecuencia las instituciones establecidas y exigen profundas transformaciones políticas, ofreciendo soluciones relativamente simples a problemas sociales complejos.

En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento en el número de gobiernos que incluyen fuerzas populistas en Europa, ya sea gobernando en solitario o como socios de coalición. La politóloga Sophie Suda, de la Universidad de Basilea, ha investigado la estabilidad de los gobiernos populistas. En colaboración con su equipo de investigación, se propuso analizar si y cómo los partidos populistas influyen en la duración de un gobierno, independientemente de su orientación política, región u otros factores conocidos.

Análisis de tres décadas

El estudio empírico abarcó cambios de gobierno en 368 gabinetes de 26 países de Europa Occidental, Central y Oriental. Para cada disolución prematura de un gobierno, los investigadores determinaron la razón, comparando las distintas regiones. La investigación se centró en el periodo comprendido entre 1990 y 2021, lo que permitió incluir un mayor número de países en el análisis.

En la década de 1990, se establecieron varias nuevas democracias en Europa, cuyos sistemas políticos aún se estaban configurando. Los investigadores interpretaron cualquier final prematuro del mandato de un gobierno como un signo de inestabilidad. La investigación se centró en casos en los que los partidos populistas gobernaban solos o como parte de una alianza, y se compararon con gobiernos sin elementos populistas. El equipo de investigación tuvo en cuenta tanto las coaliciones en las que los populistas eran la fuerza dominante como aquellas en las que actuaban como socios menores.

Los resultados del análisis revelan que los gabinetes con partidos populistas se descomponen más a menudo y en un plazo más corto, independientemente del tipo de coalición. Esto implica que representan un factor de riesgo para la durabilidad de una coalición. La probabilidad de disolución temprana del gobierno es aproximadamente un 60% a 65% mayor para las alianzas que incluyen partidos populistas que para aquellas que no los incluyen.

Un aspecto particular de los resultados sorprendió a los investigadores: no es el radicalismo ideológico de los partidos lo que marca la diferencia, sino cómo funcionan los populistas. «Inicialmente asumimos que las demandas políticas extremas de los partidos eran el problema», explica Suda. Sin embargo, las dificultades surgen porque los partidos populistas son estructural y estilísticamente diferentes de otros partidos. Usualmente presentan un bajo grado de democracia interna y una estructura centralizada, lo que lleva a que las decisiones estratégicas sean tomadas por un pequeño grupo de liderazgo, aumentando así la probabilidad de demandas estratégicas radicales.

Este factor, junto con sus posiciones intransigentes, su oposición a la diversidad y su deseo fundamental de desmantelar sistemas enteros, dificulta la colaboración y contribuye significativamente a la inestabilidad del gobierno. «El hecho de que los populistas formen parte del gabinete a menudo es suficiente para provocar un fracaso prematuro», afirma Suda. A lo largo del periodo estudiado, el populismo se mostró como un indicador constante de la ruptura de gobiernos, independientemente de otros factores influyentes como las crisis económicas.

No hay diferencias regionales significativas

Este fenómeno se observa con efectos similares en Europa Occidental, Central y Oriental. No obstante, lo que distingue a Europa Occidental de la Oriental es la percepción de esta inestabilidad. Las condiciones políticas son generalmente más estables en los países de Europa Occidental, donde los sistemas de partidos están más consolidados, lo que hace que las tensiones causadas por el populismo sean más evidentes.

En Europa Oriental, las coaliciones que involucran a populistas son más comunes, aunque los gobiernos tienden a finalizar prematuramente, en parte porque el sistema político en muchos de estos países es más fragmentado. En estos contextos, a pesar de—o quizás debido a—las condiciones volátiles, los populistas son más aceptados como socios de coalición legítimos que en el Oeste. Esto significa que no es raro que partidos más pequeños formen alianzas con fuerzas populistas con el objetivo de poder participar políticamente, facilitando así su ascenso desde los márgenes políticos hacia el centro del poder, una estrategia que los populistas han utilizado durante mucho tiempo para ganar influencia.

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