China lanza el satélite Zhangheng 1-02 para mejorar la monitorización de desastres naturales

In Internacional
junio 17, 2025

El pasado sábado, China llevó a cabo el lanzamiento de un satélite de monitoreo electromagnético, el Zhangheng 1-02, diseñado para mejorar las capacidades de supervisión integradas del país ante desastres naturales. El despegue se realizó con un cohete Long March-2D desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China, a las 15:56, hora de Pekín.

Este nuevo satélite, cuyo nombre rinde homenaje a Zhang Heng, un inventor chino del siglo II que creó el primer sismoscopio del mundo, ha sido desarrollado en colaboración con Italia. Según la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), se trata del primer satélite operativo destinado a explorar los campos físicos de la Tierra bajo el plan de infraestructura espacial civil de medio y largo plazo del país asiático.

Objetivos y características del Zhangheng 1-02

Con una vida útil proyectada de seis años, el Zhangheng 1-02 está equipado con nueve instrumentos, entre los que se incluye un detector de campo eléctrico co-desarrollado por China e Italia, así como un detector de partículas de alta energía desarrollado por la parte italiana. Este satélite llevará a cabo un monitoreo casi en tiempo real de los campos electromagnéticos globales, las ondas electromagnéticas, la ionosfera y la atmósfera neutra.

Los datos recopilados por el Zhangheng 1-02 serán utilizados por científicos para estudiar la correlación entre los cambios en los campos físicos de la Tierra y las actividades geológicas, contribuyendo así a la investigación en la predicción de terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, fenómenos meteorológicos extremos y desastres relacionados con el clima espacial. Según Peng Wei, subdirector del departamento de ingeniería del sistema de la CNSA, esta iniciativa representa un avance significativo en la capacidad de China para anticipar y mitigar el impacto de desastres naturales.

El satélite Zhangheng 1-01, lanzado en 2018, sigue funcionando con normalidad. Ambos satélites trabajarán de forma conjunta para realizar observaciones colaborativas, lo que permitirá optimizar la recolección de datos y mejorar la capacidad de análisis científico.

Francesco Longo, subdirector de ingeniería y tecnología de la Agencia Espacial Italiana, calificó la misión como un hito importante, expresando grandes expectativas sobre los resultados que se obtendrán. Longo destacó que tanto China como Italia son países bellos pero frágiles, propensos a eventos naturales que pueden afectar las vidas de sus ciudadanos, y que este esfuerzo conjunto contribuirá a proteger y mejorar la calidad de vida de las personas en riesgo.

Asimismo, la colaboración para añadir este nuevo satélite a la primera misión, y eventualmente construir una constelación, permitirá duplicar el tiempo de observación, lo que potenciará significativamente las perspectivas científicas. El equipo italiano ha nombrado al proyecto Limadou, en honor a Matteo Ricci, un sacerdote italiano del siglo XVI que desempeñó un papel crucial en los intercambios culturales entre Oriente y Occidente.

La misión no solo simboliza un avance tecnológico, sino también un puente entre las culturas italiana y china, recordando que el espacio tiene el potencial de unir a todas las naciones. Este lanzamiento representa la 581ª misión de la serie de cohetes Long March de China, un testimonio del crecimiento y la ambición del país en el ámbito espacial.

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