
Los precios del petróleo experimentaron un notable aumento superior al 7% el pasado viernes, alcanzando niveles máximos en meses, tras el anuncio por parte de Israel de haber atacado a Irán. Este hecho ha intensificado las tensiones en el Oriente Medio y suscita preocupaciones sobre posibles interrupciones en el suministro de petróleo.
La entrada de EE.UU. en el conflicto entre Irán e Israel ha llevado a los mercados petroleros a una nueva fase de incertidumbre, con analistas advirtiendo sobre la posibilidad de precios en tres dígitos. Los inversores están atentos a la reacción de Irán tras los ataques estadounidenses a sus instalaciones nucleares, con el ministro de Exteriores iraní advirtiendo que su país tiene «todas las opciones» sobre la mesa para defender su soberanía.
Los futuros del petróleo mostraron un incremento de más del 2% durante las primeras horas en Asia, con el petróleo crudo WTI en EE.UU. superando los 75 dólares por barril y el Brent, referencia global, alcanzando casi los 79 dólares por barril. Saul Kavonic, analista energético senior de MST Marquee, destacó que «existe un riesgo real de que el mercado experimente interrupciones de suministro sin precedentes en las próximas semanas, mucho más severas que el choque en los precios del petróleo de 2022 tras la guerra en Ucrania».
Si bien la reacción del mercado tras los ataques estadounidenses ha sido menos agresiva en comparación con los días posteriores al lanzamiento de los ataques aéreos israelíes contra Irán, los observadores de la industria creen que los últimos acontecimientos marcan el inicio de una nueva era de volatilidad para los mercados del petróleo, especialmente a la espera de posibles medidas de contraataque por parte de Irán.
Las implicaciones del cierre del Estrecho de Ormuz
Las amenazas de bloquear el Estrecho de Ormuz, después de que el parlamento iraní aprobara su cierre, han incrementado la inquietud en los mercados. Este estrecho es una arteria crítica para el comercio global de petróleo, con aproximadamente 20 millones de barriles de petróleo y productos petroleros que lo atraviesan diariamente, constituyendo casi una quinta parte de los envíos globales de petróleo.
De decidir Irán cerrar el Estrecho de Ormuz, es probable que las fuerzas occidentales «intervengan directamente» para intentar reabrirlo, según Kavonic, quien añade que los precios del petróleo podrían acercarse a los 100 dólares por barril si el cierre se prolonga más de unas pocas semanas. Un pequeño grado de hostigamiento en el tránsito a través del estrecho, aunque no llegue a un cierre total, podría aún provocar un aumento significativo en los precios, advierte el analista.
La opinión de Kavonic es compartida por otros expertos de la industria. Bob McNally, presidente del grupo Rapidan Energy, señala que el ejército de EE.UU. y sus aliados eventualmente reabrirían el Estrecho, pero si Irán emplea todos sus medios militares, el conflicto podría «durar más que las dos últimas guerras del Golfo». Además, si Irán decide atacar la producción de energía en el Golfo o sus flujos, tiene la capacidad de interrumpir el envío de petróleo y GNL, lo que resultaría en un aumento abrupto de los precios.
Un cierre prolongado o la destrucción de infraestructuras energéticas clave en el Golfo podría impulsar los precios del crudo por encima de los 100 dólares, advierte McNally. A pesar de la creciente tensión, la infraestructura energética iraní no ha sido un objetivo hasta el momento, lo que sugiere que ambas partes tienen un incentivo para mantener el petróleo fuera de la línea de fuego, al menos por ahora.
La situación actual refleja una compleja red de intereses en la que las decisiones de Irán y de los actores occidentales podrían redefinir el equilibrio de poder en el Oriente Medio, un contexto que siempre ha sido sensible a las fluctuaciones del petróleo y a la intervención extranjera.