
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado sábado que su país llevó a cabo ataques aéreos en tres instalaciones nucleares en Irán: Fordow, Natanz e Isfahan. Este anuncio se produjo a través de su cuenta en la red social Truth Social, donde afirmó que «todos los aviones están ahora fuera del espacio aéreo iraní» y que se lanzó una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow.
Según un portavoz de la sede de gestión de crisis de la provincia de Qom, los sistemas de defensa aérea en esta región, situada al sur de Teherán, detectaron objetivos hostiles y se activaron varias horas antes de que algunas secciones de la instalación nuclear de Fordow fueran atacadas. La agencia de noticias estatal iraní, IRNA, confirmó los ataques, mientras que un comentarista de la televisión estatal iraní declaró que «ustedes comenzaron, y nosotros lo terminaremos».
De acuerdo con un informe de CNN, Trump no planea realizar más ataques contra Irán y busca «impulsar a Teherán de vuelta a las negociaciones». Un alto funcionario de la televisión estatal iraní aseguró durante un evento en vivo que Irán había reubicado materiales de las tres instalaciones nucleares tiempo atrás, sugiriendo que los ataques probablemente no causaron daños significativos, según informó la agencia Nour News.
Los bombardeos fueron realizados por aviones B-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, según confirmó un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato. Tres altos funcionarios iraníes, que también hablaron bajo anonimato, indicaron que las instalaciones de Fordow y Natanz fueron bombardeadas alrededor de las 2:30 a.m. en Irán, según el New York Times.
La cadena CBS News reportó que Estados Unidos se comunicó diplomáticamente con Irán el sábado para informar que los ataques eran la única acción planeada y que no se prevén esfuerzos por cambiar el régimen en el país persa. La intervención directa de Trump en apoyo a Israel para desmantelar el programa nuclear de Irán marca una escalada histórica en la región, según medios locales.
Se estima que esta acción podría provocar represalias por parte de Teherán contra tropas y bases militares estadounidenses en la región. Los ataques estadounidenses a Irán se producen apenas nueve días después de que Israel lanzara ataques contra el país el 13 de junio.
Reacciones a los ataques
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su profunda preocupación por el uso de la fuerza por parte de Estados Unidos contra Irán, advirtiendo que esto representa una peligrosa escalada en una región ya al borde del colapso. Guterres enfatizó que el riesgo de que este conflicto se descontrole rápidamente es creciente, lo que podría acarrear consecuencias catastróficas para los civiles y para la estabilidad de la región y del mundo.
Un funcionario de los hutíes, Mohamed al-Farah, calificó los ataques estadounidenses como el «comienzo» de una guerra, según informó Al Jazeera. Por su parte, la congresista estadounidense Sara Jacobs, representante demócrata de California, criticó en la plataforma X que los ataques de Trump contra Irán son «no solo inconstitucionales, sino una escalada que arriesga llevar a Estados Unidos a otra guerra interminable y mortal».
Este contexto de tensión creciente en Oriente Medio pone de manifiesto la fragilidad de la paz en la región y las repercusiones que pueden derivarse de acciones militares unilaterales.