El cóndor de California (Gymnogyps californianus) ha sido objeto de atención en los últimos años debido a los esfuerzos de conservación que han permitido aumentar su población tras haber estado al borde de la extinción. Un reciente estudio, publicado en el Journal of Raptor Research, ha desarrollado un modelo estadístico que, combinado con datos de seguimiento por GPS, ha demostrado ser eficaz para predecir el éxito de los nidos de esta especie en peligro crítico.
El estudio titulado «Modeling Individual-level and Population-level Nest Success of California Condors from Movement Data» ha logrado una notable precisión del 97% al evaluar la fate de 63 de 65 nidos analizados entre 2015 y 2022. Esta metodología se vuelve particularmente relevante en un contexto donde los cóndores están expandiendo su rango y estableciendo nidos en terrenos privados o de difícil acceso, lo que complica la vigilancia directa por parte de biólogos de campo.
Un avance en la conservación del cóndor de California
A través del uso de datos de movimiento de los cóndores, los investigadores, liderados por la Dra. Andrea Blackburn del Zoológico de Santa Bárbara y el Dr. Joseph Eisaguirre del US Geological Survey, han adaptado un modelo previamente utilizado en águilas doradas para evaluar el éxito de los nidos de cóndor. Este enfoque no solo permite determinar si una pareja de cóndores está atendiendo su nido, sino también durante cuánto tiempo lo hacen, ofreciendo así una visión más clara de su comportamiento reproductivo.
El modelo se validó con observaciones de campo y grabaciones de cámaras, lo que asegura su alta precisión y permite a los investigadores concluir sobre las tasas de éxito de los nidos tanto a nivel individual como poblacional. La importancia de este avance radica en que, a pesar de la dependencia del cóndor de la gestión humana, herramientas como esta pueden facilitar un monitoreo más efectivo de las poblaciones silvestres y mejorar las decisiones de conservación en un momento en que el cambio climático y otras amenazas siguen poniendo en riesgo a la especie.
El cóndor de California, una de las aves voladoras más grandes del mundo, ha enfrentado una serie de desafíos provocados por el ser humano, como la caza, la modificación de hábitats y principalmente la intoxicación por plomo, lo que ha llevado a la drástica reducción de su población a tan solo 22 ejemplares en 1982. Gracias a programas de cría en cautiverio y reintroducción, hoy en día hay más de 350 cóndores volando libremente.
En el futuro, el equipo de investigación planea incorporar factores adicionales en su modelo, como la edad de los padres y el estatus de protección de las áreas de anidación elegidas, dado que se ha observado que los cóndores enfrentan mayores riesgos de envenenamiento por plomo fuera de las zonas protegidas. Además, esperan analizar cómo las acciones de gestión, como la provisión de alimento, pueden influir en los resultados de la anidación.
Los cóndores, al ser aves carroñeras, también actúan como bioindicadores de la salud de su entorno. Su dieta, que incluye una variedad de tipos de cadáveres, les expone a sustancias tóxicas, lo que subraya la necesidad urgente de un enfoque multidisciplinario para su conservación. Un futuro en el que estas aves se conviertan en poblaciones autosostenibles no solo beneficiaría a la especie, sino que también enriquecería el ecosistema y la cultura de las comunidades que las rodean.
