Nuevas Revelaciones sobre Ceres: Un Dwarf Planet que Podría Haber Sostenido Vida
El planeta enano Ceres, el objeto más grande del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, ha sido considerado durante mucho tiempo como un vestigio congelado del sistema solar primitivo, sin aire ni vida. Sin embargo, una nueva investigación basada en datos de la misión Dawn de la NASA sugiere que, hace miles de millones de años, Ceres pudo haber tenido los ingredientes necesarios para albergar formas de vida microbiana simples. Este estudio abre nuevas posibilidades para reevaluar la habitabilidad de otros cuerpos helados similares en nuestro sistema solar.
Los datos obtenidos por la misión Dawn han revelado indicios de un pasado más dinámico y complejo de lo que se pensaba. Las manchas brillantes y reflectantes en la superficie de Ceres resultaron ser depósitos de sal, dejados por líquidos salinos que alguna vez emergieron desde el interior. Además, se han descubierto moléculas orgánicas en el suelo de Ceres, lo que sugiere que los elementos fundamentales para la vida estaban presentes. No obstante, hasta ahora faltaba una pieza crucial: una fuente de energía capaz de sostener dicha vida.
Un nuevo estudio ha abordado esta cuestión utilizando modelos informáticos para simular el interior de Ceres a lo largo de miles de millones de años. Los investigadores han encontrado que, entre 2.5 y 4 mil millones de años atrás, la desintegración radiactiva en el núcleo rocoso del planeta enano pudo haber generado suficiente calor para impulsar actividad hidrotermal. Este proceso permitiría que el agua circulante dentro del planeta reaccionara con rocas calientes, transportando gases y minerales hacia un océano global, creando así un ambiente químico propicio para la vida microbiana.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, también sugiere que, aunque la vida nunca pudo haberse establecido en Ceres, este hallazgo amplía la gama de entornos que podrían ser potencialmente habitables. A diferencia de otros mundos oceánicos que orbitan planetas gigantes y que son calentados por fuerzas gravitacionales, Ceres representa un caso de estudio más simple y revelador sobre cómo los pequeños cuerpos helados evolucionan. Con la existencia de numerosos objetos de tamaño similar en el sistema solar, los investigadores consideran que podrían haber representado un tipo común de entorno habitable en los primeros días del sistema solar.
