El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha sido objeto de críticas contundentes por parte del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo ha calificado de «perdedor» y ha afirmado que sus políticas de izquierda radical están «destruyendo» Canadá. Esta controversia se intensificó tras un partido de hockey en Boston, donde los aficionados canadienses abuchearon el himno nacional estadounidense, lo que llevó a Trudeau a burlarse de Trump en redes sociales.
Trump, en una entrevista con Fox News, no escatimó en descalificaciones hacia Trudeau, acusándolo de implementar «políticas marxistas» que, según él, han llevado a Canadá a una situación crítica. «Justin es un perdedor. Siempre lo ha sido», afirmó Trump, quien también sugirió que Trudeau no tendría ninguna posibilidad de reelección en las próximas elecciones federales.
Relación entre Estados Unidos y Canadá
La relación entre Trump y Trudeau ha estado marcada por tensiones desde que el primero asumió la presidencia. Trump ha amenazado en varias ocasiones con imponer aranceles del 25% a los productos canadienses y ha insinuado que Canadá podría beneficiarse si se convirtiera en el «51º estado» de Estados Unidos. Sin embargo, Trudeau ha rechazado esta idea de manera contundente, afirmando que «Canadá nunca será el 51º estado».
La popularidad de Trudeau ha sufrido un notable descenso desde que asumió el cargo en 2015, cuando su aprobación alcanzaba el 60%. Según las encuestas más recientes, su índice de aprobación ha caído al 22%, lo que ha llevado al primer ministro a anunciar su intención de renunciar como líder del Partido Liberal y primer ministro, aunque ha confirmado que buscará la reelección.
En un contexto de creciente descontento, Trump ha afirmado que Trudeau está «matando» a Canadá y que el país está en una situación «terrible». A pesar de las tensiones, Trump acordó recientemente retrasar la imposición de aranceles sobre Canadá por 30 días, brindando así más tiempo para las negociaciones. Sin embargo, la retórica incendiaria entre ambos líderes continúa, reflejando una relación bilateral marcada por la desconfianza y la confrontación.
