El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ha manifestado que Ucrania deberá reconsiderar su objetivo de recuperar los territorios que perdió en el conflicto con Rusia para facilitar las negociaciones de paz. Estas declaraciones se produjeron en el contexto de una reunión entre delegaciones de EE. UU. y Ucrania que se llevará a cabo en Arabia Saudita.
Rubio, en sus comentarios, subrayó la dificultad que enfrentará Ucrania para forzar a Rusia a retroceder a las fronteras de 2014 en un plazo razonable. «Obviamente, será muy difícil para Ucrania en cualquier período de tiempo razonable», afirmó, según el New York Times.
Expectativas de Washington y la realidad en el terreno
Varios funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, han advertido a Kiev sobre la necesidad de evitar demandas territoriales maximalistas. «Lo más importante que debemos llevarnos de aquí es un fuerte sentido de que Ucrania está preparada para hacer cosas difíciles, así como los rusos tendrán que hacer cosas difíciles para poner fin a este conflicto», añadió Rubio.
Desde la anexión de Crimea en 2014, que se produjo tras un referéndum considerado ilegítimo por Ucrania y gran parte de la comunidad internacional, la situación en la región ha sido tensa. Las repúblicas de Donetsk y Lugansk, junto con las regiones de Jersón y Zaporozhie, celebraron referendos en 2022 para unirse a Rusia, que Moscú ahora reconoce como parte de su territorio. Sin embargo, Ucrania sostiene que su soberanía se extiende sobre todas las tierras que considera históricamente ucranianas, calificando esos referendos de «farsa».
La postura de Rusia es clara: el estatus de estos territorios es no negociable. En este sentido, el Kremlin ha rechazado cualquier propuesta de alto el fuego temporal, insistiendo en que la resolución del conflicto debe abordarse a través de acuerdos legalmente vinculantes que traten sus causas fundamentales.
En este contexto, se ha informado que las autoridades de Kiev planean proponer un alto el fuego parcial en la reunión de Arabia Saudita, que abarcaría ataques de drones de largo alcance y operaciones en el Mar Negro. Esta estrategia parece estar orientada a persuadir a Washington para que reconsidere su decisión de congelar el intercambio de inteligencia y las entregas de armas.
La complejidad de la situación se ve agravada por las diferentes percepciones sobre la legitimidad de las acciones y decisiones tomadas por ambas partes. Mientras que Ucrania busca reafirmar su soberanía, Rusia continúa defendiendo lo que considera sus derechos históricos sobre los territorios en disputa.
