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La disociación colectiva: un obstáculo para la acción efectiva ante la emergencia climática

In Sin categoría
marzo 11, 2025

La disociación colectiva se erige como un obstáculo significativo en la lucha contra la crisis climática, según una investigación publicada en Cambridge Prisms: Global Mental Health. Este fenómeno, que surge como una forma de procesar el trauma, genera una sensación de impotencia en los individuos frente a la magnitud del problema ambiental, lo que a su vez obstaculiza la cooperación necesaria para abordar esta emergencia global.

Los desastres relacionados con el clima tienen efectos profundos y duraderos en la salud mental, llevando a las personas a adoptar respuestas traumáticas y mecanismos de disociación como formas subconscientes de afrontamiento. Comprender estas respuestas es esencial para impulsar acciones efectivas en torno al clima.

Activismo climático empático como solución

El reconocimiento del impacto emocional y psicológico que la crisis climática tiene en las personas es fundamental para que los responsables de políticas y los ciudadanos puedan desarrollar respuestas más efectivas. El activismo climático empático y el enfoque en la salud del planeta y de la población son herramientas cruciales para combatir la inacción y la negación.

Los grupos vulnerables son los más afectados por la crisis climática, especialmente en lo que respecta a la seguridad alimentaria. Los eventos climáticos extremos, exacerbados por el calentamiento global, pueden desencadenar una variedad de respuestas psicopatológicas, incluyendo alteraciones del estado de ánimo, ansiedad y síntomas físicos. Aquellos que ya sufren las consecuencias del cambio climático, como las personas desplazadas por factores ambientales, se encuentran en un riesgo aún mayor. Estos eventos también contribuyen a problemas de salud mental a largo plazo, como la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el aumento de las tasas de suicidio y el abuso de sustancias.

Don-Eliseo Lucero-Prisno, investigador de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, subraya la importancia del apoyo moral local para fomentar estrategias de adaptación sostenible y la resiliencia comunitaria ante el cambio climático. Organizar evaluaciones de vulnerabilidad y desarrollar planes de acción adaptados son pasos necesarios, que deben incluir medidas para mejorar la infraestructura, potenciar la cohesión social y ofrecer apoyo en salud mental, disminuyendo así la vulnerabilidad a los estresores climáticos.

Deborah Shomuyiwa, investigadora principal de la Universidad de Lagos, destaca que para avanzar de manera significativa es necesario ir más allá de las llamadas retóricas a la acción ciudadana y confrontar directamente las fuerzas sistémicas que perpetúan la crisis climática. La resistencia corporativa y la parálisis gubernamental, junto con la priorización de beneficios sobre la sostenibilidad ambiental, son factores que alimentan la inacción comunitaria. Las decisiones tomadas por aquellos en el poder generan desconfianza entre los ciudadanos, alimentando sentimientos de impotencia y disociación frente a la emergencia climática.

Shomuyiwa y Lucero-Prisno argumentan que el desarrollo de políticas debe priorizar la rendición de cuentas de las corporaciones y los gobiernos, reconociendo que las iniciativas sostenibles impulsadas por los ciudadanos no serán suficientes ante las prácticas destructivas de las grandes organizaciones.

En respuesta a estos hallazgos, los investigadores han formulado cuatro recomendaciones clave para combatir la disociación. En primer lugar, los responsables de políticas deben esforzarse por una mayor transparencia y rendición de cuentas en la financiación política para alinear acciones con el apoyo público a medidas climáticas efectivas. En segundo lugar, es esencial priorizar prácticas sostenibles, accountability, y un seguimiento riguroso del progreso, manteniéndose adaptable a los avances en investigación y tecnología.

Además, las políticas deben enfatizar la educación y las campañas de concienciación pública sobre las consecuencias en la salud mental del cambio climático. Al fomentar una comprensión más profunda del trauma climático, estas campañas pueden movilizar el apoyo público hacia la acción climática y promover la resiliencia colectiva. Por último, es crucial que las políticas atiendan las necesidades de las poblaciones vulnerables, con el objetivo de construir comunidades inclusivas y resilientes.

Más allá de sus efectos ambientales tangibles, esta investigación demuestra que el cambio climático plantea desafíos significativos para la salud mental, tanto a corto como a largo plazo. Combatir la disociación humana frente a la emergencia climática es, por tanto, esencial para evitar que la naturaleza humana se mantenga anclada en prácticas ambientales perjudiciales, socavando la salud del planeta en un momento en que la acción climática es más que necesaria.

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