El presidente ruso, Vladimir Putin, ha instado a sus fuerzas armadas a derrotar a las tropas ucranianas que han invadido la región de Kursk «lo antes posible». Durante una visita a un puesto de mando en la zona, Putin se reunió con los comandantes militares y escuchó un informe del jefe del Estado Mayor, el general Valery Gerasimov. El mandatario agradeció a las fuerzas rusas por sus esfuerzos en el conflicto.
Putin subrayó que el objetivo es «infligir una derrota al enemigo atrincherado en el territorio de la región de Kursk en el menor tiempo posible». Además, mencionó la posibilidad de establecer una «zona de seguridad» a lo largo de la frontera con Ucrania. En su discurso, calificó a las unidades ucranianas que han invadido la región como «terroristas», incluyendo a cualquier combatiente que sea capturado en la zona.
Avances en el conflicto
Según el general Gerasimov, las fuerzas rusas han liberado 259 kilómetros cuadrados de territorio, abarcando 24 pueblos y aldeas, en los últimos cinco días. Las tropas ucranianas en la región se encuentran, según el informe, «encerradas» y «aisladas». Gerasimov también afirmó que el ejército ucraniano ha sufrido más de 67,000 bajas en su intento de incursión, mientras que las fuerzas rusas han recuperado más de 1,100 kilómetros cuadrados, lo que representa el 86% del área inicialmente ocupada por Kiev desde el inicio de la contraofensiva el año pasado.
Un video publicado por el Kremlin muestra a Putin vestido con fatigues militares, reunido con Gerasimov frente a un edificio que sirve como puesto de mando, antes de entrar para encontrarse con otros oficiales y comandantes. La visita de Putin se produjo pocas horas después de que los medios informaran sobre la liberación de Sudzha, la ciudad más grande que estaba en manos ucranianas en la región de Kursk. Videos en redes sociales parecen mostrar a las tropas rusas izando una bandera en el centro de la ciudad, aunque algunos informes indican que los combates continúan en las afueras occidentales y noroccidentales de Sudzha.
Esta semana, el ejército ruso recuperó 12 asentamientos y más de 100 kilómetros cuadrados de territorio en un ataque sorpresa que también les permitió retomar la zona industrial de Sudzha. La operación, que se había estado preparando durante meses, involucró a alrededor de 800 soldados que caminaron varios kilómetros a través de un gasoducto vacío para infiltrarse en las posiciones ucranianas.
La ofensiva ucraniana en la región de Kursk comenzó a principios de agosto de 2024, capturando Sudzha y decenas de aldeas. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó que la incursión a través de la frontera internacionalmente reconocida era un intento de ganar ventaja para futuras negociaciones de paz. Sin embargo, el avance ucraniano fue rápidamente detenido por el ejército ruso, que ha estado recuperando terreno desde entonces.
