Nuevo ciclo de ciberataques en España tras el apoyo a Ucrania
El pasado 24 de febrero, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió en Kiev con su homólogo ucranio, donde anunció un paquete de ayudas anuales por valor de 1.000 millones de euros durante diez años para respaldar el esfuerzo bélico de Ucrania. Sin embargo, esta declaración ha desencadenado una serie de ciberataques contra diversas instituciones y empresas españolas, atribuidos a grupos de hackers rusos. En un mensaje publicado en Telegram, el grupo TwoNet advirtió que su objetivo es presionar al Gobierno español para que retire su apoyo a Ucrania, indicando que podrían escalar sus ataques hacia webs gubernamentales y grandes corporaciones si no se produce un cambio en la política española.
Las intrusiones han afectado a una amplia variedad de entidades, incluyendo ayuntamientos, ministerios como Interior y Defensa, así como medios de comunicación y empresas del sector privado. Este patrón de ataque, que combina objetivos de alta visibilidad con otros de menor seguridad, busca no solo causar interrupciones, sino también generar un clima de desconfianza respecto a la seguridad cibernética del país. Marcelino Madrigal, experto en ciberseguridad, subraya que estos ataques se utilizan como una forma de demostrar poder y vulnerabilidad, generando una percepción de desprotección en el ámbito institucional.
En cuanto a la naturaleza técnica de los ataques, la mayoría son de tipo DDoS (denegación de servicio distribuido), que saturan los servidores con un gran volumen de solicitudes. Aunque estos ataques no eliminan datos, pueden interrumpir brevemente los servicios y ser utilizados como un medio de distracción para encubrir ataques más sofisticados. Se ha identificado la participación de al menos siete grupos de hackers rusos, entre ellos TwoNet y NoName057, que parecen estar operando de manera coordinada. Además, se ha observado la aparición de grupos de hackers de otras nacionalidades, lo que complica la atribución de estos ciberataques y sugiere una posible colaboración internacional en el ámbito del hacktivismo. La situación plantea interrogantes sobre la seguridad cibernética de España y si estos ataques son meras represalias o el preludio de acciones más graves en el futuro.
