La incertidumbre en el mercado de vehículos eléctricos: ¿amenaza o oportunidad para la infraestructura de carga?

In Economía
marzo 16, 2025

La propiedad de vehículos eléctricos (VE) sigue en aumento en Estados Unidos, donde ya circulan cerca de seis millones de vehículos eléctricos de batería y híbridos enchufables. A pesar de que esta cifra representa aún una fracción del mercado total y de que el crecimiento en la venta de vehículos eléctricos ha mostrado signos de desaceleración, los fabricantes de automóviles continúan apostando por la transición hacia una movilidad menos dependiente de los combustibles fósiles. En 2024, las ventas de automóviles con motores de combustión interna cayeron por debajo del 80% por primera vez en la historia moderna del sector automotriz.

A medida que el crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos continúa, se observa que para una parte significativa de los consumidores, la ansiedad por la autonomía no es un problema. Sin embargo, la preocupación persiste en el mercado de vehículos eléctricos, especialmente con la administración de Trump buscando reducir los incentivos federales para la compra de estos vehículos. La mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos cargan sus autos en casa, pero la industria está concentrada en instalar suficientes cargadores en lugares públicos para aliviar esta inquietud, al mismo tiempo que intenta construir modelos de negocios rentables en este sector.

Desafíos y oportunidades en la infraestructura de carga

Según cifras recientes, existen 68,000 estaciones de carga de nivel 3 (rápidas) y nivel 2 en todo el país, lo que suma alrededor de 266,000 puertos. La instalación y operación de estos cargadores es un motor fundamental para la adopción masiva de vehículos eléctricos, aunque actualmente enfrenta desafíos en un mercado que se ha vuelto incierto y politizado. La administración Trump, junto a sus funcionarios, ha dejado claro que eliminar el apoyo federal para los vehículos eléctricos es una de las prioridades en su política energética, priorizando el petróleo y el gas.

El ex-presidente Joe Biden, como parte de su agenda para combatir el cambio climático, estableció un objetivo ambicioso: que la mitad de todos los vehículos nuevos vendidos en EE.UU. sean eléctricos para 2030. Esto implica también contar con una infraestructura de carga adecuada y fiable. El programa de Infraestructura Nacional de Vehículos Eléctricos (NEVI), autorizado por el Congreso bajo la ley de infraestructura bipartidista de 2021, destina 5 mil millones de dólares en subvenciones para desplegar una red de 500,000 cargadores de alta velocidad.

A pesar de las buenas intenciones, el programa ha sido objeto de controversia. En febrero, la Administración Federal de Carreteras de EE.UU. suspendió la implementación del NEVI, lo que ha generado confusión entre los departamentos de transporte estatales. Esta pausa ha llevado a que algunos estados emitan órdenes de detención de trabajos para evitar quedar con gastos no reembolsados si el gobierno federal decide no financiar proyectos ya aprobados.

Los analistas del sector sugieren que, aunque la administración Trump busca cambiar el enfoque del programa, esto podría no tener un impacto real en la implementación de la infraestructura de carga. De hecho, se estima que, en 2025, solo el 10% de los puertos de carga rápida podrían estar financiados a través del NEVI. La realidad es que la industria no es completamente dependiente de la financiación federal; muchas empresas han encontrado formas alternativas de financiamiento y están enfocadas en ofrecer productos viables sin depender de subsidios.

El caso de Tesla es notable. A pesar de que la empresa ha visto caer su valoración en el mercado, ha invertido fuertemente en su red de supercargadores. Tesla se beneficia de subsidios, incluso siendo uno de los mayores receptores de fondos del NEVI, lo que plantea interrogantes sobre la relación entre sus intereses y las políticas gubernamentales en este sector. Con la incertidumbre rondando la industria de carga eléctrica, se espera que se produzcan consolidaciones este año, especialmente entre aquellas empresas que dependen en gran medida de los fondos del NEVI.

Mientras tanto, la adopción de vehículos eléctricos continúa en aumento, y cada vez se instalarán más cargadores en una variedad de lugares. Sin embargo, la velocidad de esta transición y el destino de las empresas involucradas en esta evolución aún están por verse.

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