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Las colonias de coral rojo trasplantadas en las Islas Medes sobreviven una década y contribuyen a la recuperación del ecosistema marino

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marzo 18, 2025

Las colonias de coral rojo que fueron trasplantadas hace una década en el fondo marino de las Islas Medas han sobrevivido con éxito y se asemejan a las comunidades originales. Este hecho ha contribuido a la recuperación del funcionamiento del arrecife de coral, un hábitat donde las especies suelen crecer muy lentamente. Las mencionadas colonias fueron confiscadas años atrás debido a la pesca ilegal, y han encontrado una segunda oportunidad para prosperar gracias a las acciones de restauración llevadas a cabo por equipos de la Universidad de Barcelona, en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM—CSIC).

Los resultados de este trabajo se han publicado recientemente en la revista Science Advances. Los principales autores del estudio, Cristina Linares y Yanis Zentner, de la Facultad de Biología de la UB y del Instituto de Investigación de Biodiversidad (IRBio), junto a Joaquim Garrabou del ICM, destacan que las acciones de replantación de corales confiscados son efectivas a largo plazo, no solo en el corto plazo, como se había demostrado anteriormente. Este estudio es uno de los pocos que ha evaluado el éxito de la restauración a largo plazo en los ecosistemas marinos, en el marco de la Década de la Restauración de Ecosistemas de la ONU (2021-2030) y la Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea.

Éxito en la restauración del hábitat corallígeno

La pesca furtiva del coral rojo (Corallium rubrum) ha sido una amenaza persistente, incluso en áreas marinas protegidas. Debido a la lenta tasa de crecimiento de esta especie, las poblaciones aún están lejos de alcanzar condiciones prístinas. La labor de restauración se llevó a cabo en el Parque Natural Montgrí, Islas Medas y Baix Ter, a una profundidad de aproximadamente 18 metros, en una zona poco visitada donde no se han observado casos de pesca ilegal en los últimos años y que, por el momento, no parece estar afectada por el cambio climático, según explica Linares, profesora del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB.

Los resultados del estudio revelan una alta tasa de supervivencia de las colonias de coral rojo tras diez años. «La comunidad restaurada—es decir, el conjunto de organismos en el entorno donde se encuentra el coral trasplantado—se ha transformado completamente en solo diez años», afirma Linares. Esta rápida recuperación subraya el valor de las especies generadoras de hábitats como el coral rojo y los beneficios que pueden derivarse de su conservación y restauración.

El aumento de temperaturas y las olas de calor provocadas por el cambio climático están causando mortalidad en poblaciones de coral rojo y en otras 50 especies en el Mediterráneo. Adicionalmente, la larga tradición de la pesca de coral para la industria de la joyería plantea un riesgo significativo para sus colonias, que desempeñan un papel ecológico crucial en áreas de difícil acceso y a grandes profundidades. «Si no hay un impacto adicional—como el cambio climático—esperamos alcanzar una comunidad bien desarrollada en un marco temporal mucho más rápido de lo que inicialmente esperábamos», añade Zentner, investigador predoctoral y primer autor del artículo.

La comunidad biológica del coral tiene una dinámica muy lenta, por lo que poder trasplantar colonias de coral de un tamaño considerable significa «ganar» mucho tiempo en la restauración ecológica. Sin embargo, aunque la rápida transformación observada en este estudio es alentadora, aún queda por determinar si este sistema es capaz de restaurar completamente la funcionalidad de un arrecife de coral prístino.

Los investigadores advierten que es recomendable aplicar esta metodología en hábitats corallígenos o en cuevas, que son el hábitat natural de la especie. Además, sugieren llevar a cabo estas acciones desde una profundidad de 30 metros, donde el impacto del cambio global es menor.

Importancia de una evaluación a largo plazo en la restauración

Tradicionalmente, el éxito de las acciones de restauración marina se ha evaluado en función de la supervivencia a corto plazo de los organismos trasplantados. «Este enfoque es limitado, especialmente para especies de larga vida como el coral, que pueden alcanzar edades de hasta 50 a 100 años. Muchas especies objetivo requieren más tiempo para recuperarse que el período de monitoreo, que se centra principalmente en los primeros años después de la restauración», apuntan Linares y Zentner.

Este nuevo estudio representa un primer paso hacia el trabajo en escalas temporales y ecológicas relevantes, llevando a cabo un monitoreo a largo plazo a través de análisis a escala comunitaria, que permite inferir cambios en las funciones y servicios proporcionados por las especies presentes.

En un contexto global, las acciones de restauración en el medio marino aún están en una fase temprana. Las primeras metodologías científicas apenas están siendo probadas, y muchas de ellas están más orientadas a mitigar un impacto que a restaurar un ecosistema completo. Para que la restauración sea eficiente, es fundamental eliminar la fuente de estrés que ha degradado el sistema.

En conclusión, antes de restaurar, es necesario considerar cómo proteger el mar de manera efectiva, dado que, debido al cambio global, prácticamente no hay rincón del mundo que esté a salvo de los impactos humanos. Además, es esencial aumentar la escala de trabajo, ya que muchas acciones de restauración suelen realizarse a pequeña escala local, con un bajo retorno a nivel ecosistémico.

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