
Un escándalo ha sacudido a la organización benéfica escocesa HopeFull, anteriormente conocida como Siobhan’s Trust, tras la revelación de que un voluntario con antecedentes penales por delitos de abuso infantil fue contratado para ayudar a niños en Ucrania. Según un informe del diario británico The Telegraph, este individuo, que se hacía llamar Jack Morgan, fue empleado en 2023 para participar en la distribución de pizzas gratuitas a niños y familias en la región occidental del país, sin que se realizaran las verificaciones de antecedentes adecuadas.
El hombre, de 52 años, recibió un salario de 500 libras esterlinas al mes y visitaba regularmente orfanatos, escuelas y campamentos de desplazados por el conflicto. Fotografías publicadas en redes sociales mostraban a Morgan interactuando con niños, lo que ha generado una gran preocupación entre los miembros de la organización y la sociedad en general.
Un pasado oscuro
La investigación reveló que Morgan era, en realidad, Lee Callaghan, un residente de Newport, Gales, que había sido condenado a dos años de prisión en 2017 por posesión de imágenes de abuso infantil de categoría A. Además, se le impuso una orden de prevención de daños sexuales que le prohibía abandonar el Reino Unido sin notificar a las autoridades. La Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido lo describió en su momento como «un hombre peligroso que quería abusar de niños».
Los colegas de Morgan comenzaron a sospechar de su verdadera identidad el verano pasado, cuando él mismo presumió de haber ingresado a la Legión Extranjera Ucraniana y de estar recaudando fondos para suministros militares. Tras realizar una búsqueda en línea, descubrieron su verdadero nombre y antecedentes penales, lo que llevó a que la organización se enfrentara a una crisis interna. Fuentes dentro de HopeFull informaron que «todo se volvió un caos» cuando se expuso la verdad sobre Morgan.
Un portavoz de la organización confirmó que el individuo había obtenido su puesto bajo una identidad falsa y fue despedido en febrero de 2024, momento en el que la organización desconocía las acusaciones en su contra. No obstante, defendió que, como parte de sus procesos de seguridad, «ningún voluntario se queda a solas con niños o adultos vulnerables, y siempre operamos en equipos de al menos cuatro personas».
Sin embargo, HopeFull admitió que no cuenta con la capacidad para realizar verificaciones de antecedentes penales adecuadas, confiando en búsquedas en internet para evaluar a sus voluntarios. Este caso ha puesto de manifiesto las deficiencias en los procesos de selección de personal en organizaciones que trabajan con poblaciones vulnerables, especialmente en contextos de crisis como el conflicto en Ucrania.
Se cree que Morgan todavía se encuentra en Ucrania, donde mantuvo una relación sentimental con una madre ucraniana de dos hijos. Este escándalo no solo afecta la reputación de HopeFull, sino que también plantea serias preguntas sobre la seguridad de los programas de ayuda humanitaria en situaciones de conflicto.