
Investigadores de la Universidad Curtin, en Australia, han realizado un estudio que pone de manifiesto la importancia del agua en la formación de los primeros continentes de la Tierra. Esta investigación, liderada por la doctora Silvia Volante, revela que el agua desempeñó un papel mucho más significativo de lo que se pensaba en la transformación de la corteza terrestre primitiva y en la creación de las masas de tierra que hoy conocemos.
En el artículo publicado en Communications Earth & Environment, el equipo de investigación analizó rocas de 1.600 millones de años de antigüedad del Georgetown Inlier, ubicado en el noreste de Queensland, Australia. Este lugar es conocido por ser uno de los mejores ejemplos conservados de la corteza continental en el planeta.
El papel del agua en la evolución terrestre
La doctora Volante, quien llevó a cabo el estudio en la Escuela de Ciencias de la Tierra y Planetarias de Curtin y actualmente está en ETH Zurich, sostiene que estos hallazgos podrían redefinir nuestra comprensión sobre el papel del agua en la evolución temprana de la Tierra y su relevancia en la formación de los continentes actuales. «En los primeros días de nuestro planeta, las rocas volcánicas erupcionaban en el fondo del océano y eran alteradas por agua caliente a medida que se enfriaban y solidificaban. Con el tiempo, estas rocas ricas en agua fueron enterradas profundamente en la corteza terrestre, donde la introducción de agua adicional provocó su fusión parcial a temperaturas entre 700°C y 750°C», explica.
A través del análisis de los niveles de oxígeno en las rocas, el equipo de investigación identificó diferencias claras entre las rocas volcánicas originales y las rocas graníticas que resultaron de este proceso, lo que sugiere una fuente adicional de agua proveniente de las profundidades del manto terrestre. «Las dos fuentes de agua que formaron las rocas de la corteza continental —una proveniente de las rocas volcánicas mismas y, sorprendentemente, otra del interior de la Tierra— alimentaron una reacción en cadena de fusión que duró millones de años y ayudó a formar los bloques fundamentales de los continentes que habitamos hoy», añade la doctora Volante.
El coautor del estudio, el profesor Zheng Xiang Li, también de la Escuela de Ciencias de la Tierra y Planetarias de Curtin, destaca la singularidad de poder investigar las antiguas rocas australianas, que ofrecen un registro excepcionalmente bien conservado de cómo se formó la Tierra. «Tuvimos una oportunidad increíble de trabajar en lugares únicos como el Georgetown Inlier, que es uno de los pocos lugares en el mundo donde podemos observar todas las etapas de la formación de la corteza continental encerradas en rocas de miles de millones de años», afirma el profesor Li.
Como siguiente paso, el equipo planea investigar si procesos de fusión similares basados en agua ocurrieron en fragmentos de corteza aún más antiguos. La identificación de ejemplos igualmente bien preservados contribuirá a demostrar cuán crucial fue el movimiento del agua en el manto terrestre para dar forma al paisaje temprano de nuestro planeta.
Más información: Silvia Volante et al, Oxygen isotope shifts reveal fluid-fluxed melting in continental anatexis, Communications Earth & Environment (2025). DOI: 10.1038/s43247-025-02250-z
Proporcionado por Curtin University