
A cuatro meses de 2025, el Festival de Coachella, celebrado en el Empire Polo Club de Indio, California, ha mostrado una notable nostalgia por la moda de principios de los años 2000. Durante el primer fin de semana del evento, que tuvo lugar del 11 al 13 de abril, los asistentes lucieron prendas que evocan la estética de hace dos décadas, como blusas de gasa, cinturones gruesos y botas de vaquero, elementos que han resurgido con fuerza entre el público joven.
Emma McClendon, profesora asistente de estudios de moda en la Universidad de St. John, destaca el creciente interés por la moda Y2K, especialmente entre la Generación Z. Este fenómeno se refleja en la elección de atuendos para festivales, donde la curación de la vestimenta es tan esencial como la selección de los artistas a los que se desea asistir.
La búsqueda de prendas “apropiadas para festivales” se ha vuelto subjetiva, con influencias que provienen de diversas fuentes, desde íconos de festivales pasados hasta piezas que rememoran épocas específicas. Este año, el “butterfly top” se ha posicionado como la prenda más buscada en relación con los atuendos de Coachella, un diseño que se hizo popular en los años 2000 y que fue utilizado por celebridades como Mariah Carey y Salma Hayek.
Los artistas también están adoptando esta tendencia. La cantante sudafricana Tyla, durante su actuación, llevó piezas vintage de Dolce & Gabbana de la colección de primavera de 2000, mientras que Charli XCX optó por una blusa de la colección de otoño-invierno de 2002 de Tom Ford para Saint Laurent. Estos looks no solo evocan un pasado reciente, sino que también marcan un claro regreso a un estilo más maximalista, caracterizado por la abundancia de detalles y colores vibrantes.
Charli XCX y Julia Fox en Coachella. (Joe Scarnici/Getty Images for Prime Video)
Las tendencias de la moda aughts, que abarcan desde 2005 hasta 2009, están resurgiendo con fuerza, como lo demuestra la popularidad de las botas de vaquero, que ocupan el quinto lugar en las búsquedas relacionadas con los atuendos de Coachella. Según McClendon, este estilo de vestimenta de festival se asocia con un retorno a elementos del pasado, como los cinturones gruesos y los pantalones ajustados, que están comenzando a aparecer nuevamente en las pasarelas.
Este renacimiento de la moda no solo se basa en la nostalgia, sino que también indica una tendencia más amplia hacia el maximalismo, un estilo que se caracteriza por la mezcla de colores, texturas y patrones. Evan Collins, fundador del Consumer Aesthetics Research Institute, señala que el regreso a la moda de los años 2000 refleja un ciclo de 20 a 25 años, donde los estilos de épocas anteriores vuelven a ser populares.
Aunque algunos podrían atribuir este fenómeno a un deseo de escapar de la incertidumbre económica y política, Collins sugiere que, en última instancia, la popularidad de estas tendencias se debe a la simple apreciación de la estética de aquellos tiempos. La moda de Coachella se convierte así en un espejo de las preferencias y deseos de una generación que busca conectar con su identidad a través de la vestimenta.