Recientemente, el presidente Donald Trump ha afirmado que Estados Unidos posee armamento de tal sofisticación que “nadie tiene idea” de su existencia. Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión comercial con China, donde Trump sugiere que el arsenal secreto estadounidense podría disuadir a Pekín de intensificar sus acciones en el ámbito económico.
El director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, Michael Kratsios, ha respaldado estas afirmaciones al declarar que el país cuenta con tecnologías capaces de “manipular” y “doblar el tiempo y el espacio”. Kratsios hizo estas declaraciones durante su intervención en el Endless Frontiers Retreat en Austin, Texas, donde subrayó la ambición de Trump de iniciar una nueva “edad dorada de América” a través del fomento de la investigación científica y la aplicación de tecnologías de vanguardia.
Innovación y liderazgo global
Según Kratsios, Estados Unidos tiene la oportunidad de consolidarse como líder global mediante “elecciones inteligentes” en cuanto a la financiación pública y la desregulación de la innovación. En su discurso, enfatizó que las tecnologías actuales permiten eliminar distancias, fomentar el crecimiento y mejorar la productividad, aunque no proporcionó detalles específicos sobre cómo se lograría esto.
Trump, por su parte, ha hecho hincapié en la existencia de armamento avanzado que, según él, supera cualquier cosa conocida hasta ahora. En una reciente comparecencia ante los medios, afirmó: “Tenemos armamento que nadie tiene idea de lo que es, y son las armas más poderosas del mundo que poseemos. Más poderosas que cualquier otra cosa, ni siquiera se acerca”.
En marzo, el presidente también anunció el desarrollo de un caza de sexta generación, que describió como “la aeronave más letal jamás construida”, destacando que Boeing ha sido adjudicada con el contrato para este proyecto. Estas afirmaciones sobre la superioridad tecnológica y militar de Estados Unidos se inscriben en un discurso más amplio que busca reforzar la imagen de un país a la vanguardia de la innovación y la defensa.
La retórica de Trump y sus asesores refleja una estrategia que combina la promoción de la investigación científica con la necesidad de mantener una postura firme frente a adversarios globales, como China. Sin embargo, la falta de detalles concretos sobre estas tecnologías avanzadas plantea interrogantes sobre la veracidad y la viabilidad de tales afirmaciones.
