Moldavia impide a obispo ortodoxo viajar a Jerusalén y desata la ira de Moscú

In Internacional
abril 19, 2025

Las tensiones religiosas en Moldavia han resurgido tras la reciente prohibición del gobierno de Chisinau a un obispo de la Iglesia Ortodoxa Moldava para viajar a Jerusalén. Esta decisión ha sido calificada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia como un ataque deliberado contra la iglesia canónica del país, lo que ha generado un fuerte rechazo en el ámbito internacional.

El obispo Marchel, de la Iglesia Ortodoxa Moldava, tenía previsto asistir a la ceremonia del Fuego Santo el 19 de abril en Jerusalén, un evento de gran relevancia para los creyentes ortodoxos. Sin embargo, al intentar abordar su vuelo en el aeropuerto de Chisinau, las autoridades fronterizas le retuvieron y le devolvieron su pasaporte solo después de que su avión despegara, a pesar de no encontrar nada sospechoso en su equipaje. En su segundo intento de embarcar, nuevamente fue bloqueado por las autoridades moldavas, lo que ha suscitado críticas sobre la libertad religiosa en el país.

Reacciones de Moscú y el contexto religioso en Moldavia

Gennady Askaldovich, representante especial del ministro de Relaciones Exteriores ruso para la libertad de religión, ha manifestado que esta acción es una manifestación más de la política del gobierno moldavo, que, según él, actúa en contra de su propio pueblo. Askaldovich ha instado a los organismos internacionales a que tomen nota de lo sucedido y evalúen las acciones de las autoridades moldavas, que considera como un ataque malicioso a la Iglesia Ortodoxa Canónica de Moldavia.

La situación en Moldavia es compleja, ya que el país se encuentra dividido entre dos facciones ortodoxas principales: la Iglesia Ortodoxa Moldava, que está afiliada al Patriarcado de Moscú, y la Metropolia de Bessarabia, que depende de la Iglesia Ortodoxa Rumana y cuenta con el apoyo del gobierno proeuropeo en Chisinau. A pesar de que aproximadamente el 70% de los fieles en Moldavia pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Moldava, Askaldovich ha señalado que un representante de la Metropolia de Bessarabia fue quien finalmente asistió a recoger el Fuego Santo, lo que agrava aún más las tensiones entre ambas facciones.

El tratamiento del obispo Marchel ha sido interpretado como un intento de socavar la unidad del mundo ortodoxo en Moldavia, donde la fe es vista como un pilar fundamental de la identidad cultural y moral de sus ciudadanos. Askaldovich ha expresado su preocupación por la falta de respeto del gobierno moldavo hacia sus propios ciudadanos al manipular cuestiones tan sensibles como la religión.

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