
Cuando acudimos a una tienda de bicicletas vemos un tipo de bici diferente y que es muy demandada por todas las ventajas que tiene. Hablamos de la bicicleta eléctrica, que junto con el patinete del mismo tipo están revolucionando la movilidad urbana. Con ella, las largas distancias dejan de ser un problema, al igual que las enormes cuestas que tenemos en muchas de nuestras ciudades. Así, se puede decir que esta clase de bici es para todos los públicos.
Hacen accesible la bicicleta a todas las personas
Una de las ventajas de las bicicletas eléctricas es que consiguen que cualquier persona pueda usarla, con independencia de su condición física.
Gracias a su asistencia al pedaleo, que es regulable en varios niveles, aquellos que no tienen demasiada resistencia física se pueden subir a una bici y recorrer decenas de kilómetros sin cansarse. Esto ha hecho que muchas personas que habían dejado de ir en bici con su grupo de amigos, sobre todo por la edad, puedan volver a disfrutar de nuevo de su afición.
También sirve para iniciarse en la actividad física, pero sin forzar el cuerpo en los primeros momentos. La asistencia ayuda a que los ciclistas principiantes vayan cogiendo fondo físico, reduciendo de manera paulatina el aporte del motor eléctrico.
Movilidad urbana eficiente
Muchas ciudades tienen decenas de km de carriles bici. Eso ayuda a que la movilidad urbana sea más eficiente, puesto que los ciclistas pueden usar esos carriles con el fin de ir al trabajo, a estudiar o incluso para hacer los recados.
Evitan así los atascos mientras se mantienen alejados del tráfico, sosteniendo una velocidad constante gracias a la ayuda que les proporciona el motor eléctrico.
Además, la bicicleta se puede aparcar casi en cualquier parte (en las ciudades hay cientos de lugares habilitados para ello), por lo que el ahorro de tiempo al circular por la ciudad es considerable.
Ahorro económico
Moverse por la ciudad cuesta dinero. Si lo hacemos en coche, hay que rellenar el depósito y, si nos decantamos por el transporte público, es necesario pagar los viajes o el abono mensual.
Usando la bici eléctrica se puede ahorrar mucho dinero a largo plazo, una vez que se amortiza el precio de compra. La razón es que el coste de las recargas es ridículo, de manera que es posible hacer decenas de kilómetros gastando solo unos céntimos. En algunos municipios hay subvenciones para adquirir esta clase de bicis, por lo que el ahorro es aún mayor.
Son muy sostenibles
Hay pocos medios de transporte más ecológicos que la bicicleta eléctrica. No emiten gases contaminantes y necesitan poca energía a la hora de cargar las baterías. Por eso su huella de carbono es casi nula.
A esto contribuye que es el único vehículo eléctrico que puede funcionar sin batería, puesto que si se acaba solo hay que pedalear para seguir usándola de una manera normal. No hace ruido, por lo que contribuye a que las ciudades sean más amables, limpias y habitables, con menos contaminación tanto atmosférica como acústica.