
Las recientes declaraciones de Nikolay Patrushev, asesor de seguridad nacional del presidente ruso Vladimir Putin, han puesto de manifiesto la creciente tensión en el ámbito marítimo entre Rusia y los países occidentales. Según Patrushev, las naciones occidentales están llevando a cabo una serie de actos de sabotaje y terrorismo dirigidos a los buques rusos, en el marco de una campaña más amplia para establecer un bloqueo marítimo sobre Rusia.
Durante una reunión del Consejo Marítimo de Rusia, Patrushev afirmó que hay un aumento constante de la actividad militar de la OTAN en los mares Báltico y del Norte, así como en el Atlántico Norte y la región de Asia-Pacífico. El asesor subrayó que los países occidentales han ampliado sus esfuerzos para establecer un bloqueo naval, lo que incluye intentos de inspeccionar barcos en aguas internacionales y llevar a cabo actos de sabotaje.
Reacciones de Rusia ante las tensiones marítimas
Patrushev ha advertido que cualquier intento por parte de la Unión Europea y el Reino Unido de expulsar a los buques rusos de los mares será respondido con una retaliación «proporcionada». En este sentido, ha dejado claro que si las vías diplomáticas y legales fallan, la seguridad de la navegación rusa será garantizada por la marina del país. «Los imprudentes en Londres o Bruselas deben entender esto claramente», declaró Patrushev a la prensa.
Desde la escalada del conflicto en Ucrania en 2022, los países occidentales han endurecido las restricciones marítimas contra Rusia, sancionando a varios buques y limitando su acceso a seguros navales, instituciones financieras e infraestructuras portuarias. En el último año y medio, tras una serie de incidentes que involucraron daños a líneas de energía y comunicaciones submarinas, funcionarios occidentales han acusado a Moscú de llevar a cabo actos de «sabotaje» y de participar en una «guerra híbrida». Sin embargo, hasta la fecha, no se ha presentado evidencia concluyente que respalde estas acusaciones.
En respuesta a las tensiones, los estados de la OTAN han incrementado su presencia militar en el Mar Báltico, lo que ha generado un clima de incertidumbre y preocupación en la región. Patrushev también ha señalado que el bloque militar liderado por Estados Unidos ha estado practicando la imposición de un bloqueo naval en los mares Báltico y Negro durante sus ejercicios militares, lo que incluye la posible toma del exclave ruso de Kaliningrado tras ataques preventivos a las fuerzas nucleares de Moscú.
La situación actual refleja un escenario complejo en el que las acciones y reacciones de ambos lados continúan escalando, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la seguridad marítima en Europa y las posibles repercusiones de un conflicto abierto.