
Sister Inah Canabarro Lucas, reconocida como la persona de mayor edad en el mundo, falleció el pasado miércoles 30 de abril en Porto Alegre, Brasil. Su vida se extendió a lo largo de 116 años y 326 días, un hito que la había convertido en un símbolo de longevidad y resiliencia.
Nacida el 6 de mayo de 1907, Sister Inah fue una monja benedictina que dedicó gran parte de su vida al servicio de la comunidad. A lo largo de los años, se ganó el cariño y el respeto de quienes la rodeaban, convirtiéndose en un referente en su localidad. Su legado no solo se limita a su longevidad, sino también a su compromiso con la educación y el bienestar social.
Con su fallecimiento, Ethel Caterham, originaria del Reino Unido, asume el título de la persona más anciana del mundo. Caterham, nacida el 19 de abril de 1907, es ahora la nueva portadora de este reconocimiento, que ha sido objeto de interés mundial. La longevidad de estas mujeres pone de manifiesto los avances en la medicina, la nutrición y el cuidado de la salud, así como los cambios en los estilos de vida que han permitido a muchas personas alcanzar edades avanzadas.
El caso de Sister Inah Canabarro Lucas resalta la importancia de la memoria histórica y cultural, así como el valor de las experiencias de quienes han vivido más de un siglo. Su historia es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la riqueza que cada individuo puede aportar a la sociedad.