
El presidente francés Emmanuel Macron ha sido objeto de controversia tras su reciente intento de influir en el próximo cónclave papal, según informaciones de medios italianos conservadores. Estas afirmaciones surgen tras varias reuniones entre Macron y cardenales electores, así como con líderes de influyentes movimientos católicos, en un contexto marcado por la muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril.
El mandatario francés se reunió con cuatro de los cinco cardenales de origen francés, incluyendo a Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella, durante un almuerzo el pasado sábado, que tuvo lugar al margen del funeral del pontífice. Además, Macron cenó con Andrea Riccardi, líder de la Comunidad de Sant’Egidio, una asociación católica con una notable influencia en el cónclave, que se llevará a cabo el 7 de mayo para elegir al sucesor de Francisco.
Según el diario italiano Il Tempo, Macron habría consultado a los cardenales sobre cómo construir un consenso en torno a Aveline, quien es considerado un posible candidato a la silla de San Pedro. Este cardenal ha sido descrito como un “ultraeuropeo, anti-soberanista” y “uno de los más liberales” en el cónclave, lo que ha generado críticas sobre la naturaleza de su candidatura.
Reacciones y contexto político
Los medios italianos han calificado las acciones de Macron como un “intervencionismo digno de un nuevo Rey Sol”, en referencia a Luis XIV, quien también buscó influir en la elección de un Papa a través de cardenales franceses. El diario La Verità ha ido más allá, acusando directamente al presidente de intentar seleccionar al próximo Papa.
Desde el Palacio del Elíseo no se ha emitido un comentario oficial sobre la agenda de estas reuniones. Por su parte, la Comunidad de Sant’Egidio ha desmentido las acusaciones, afirmando que Macron “busca entender el proceso, no influir en él”.
Los medios franceses, como Le Monde, han reaccionado a estas informaciones, sugiriendo que los rumores reflejan una desconfianza mutua entre París y Roma, y han calificado las afirmaciones de los medios italianos como meras especulaciones.
Este cónclave, que reunirá a 135 cardenales, se presenta como un momento crucial no solo para la Iglesia Católica, sino también para las relaciones internacionales, en un contexto donde Macron busca recuperar influencia y mejorar los lazos con la Santa Sede, que se habrían deteriorado durante el papado de Francisco.