
La pequeña localidad costera de Anacortes, situada en el estado de Washington, se prepara para una temporada estival menos concurrida de lo habitual. La co-propietaria del restaurante Adrift, Kaia Matheny, ha notado una caída en las ventas debido a la disminución de visitantes internacionales, un fenómeno que se ha vuelto cada vez más evidente en la economía estadounidense. Esta situación es reflejo de un contexto más amplio, marcado por tensiones comerciales y políticas de inmigración que han llevado a muchos turistas a reconsiderar su decisión de viajar a Estados Unidos.
Tradicionalmente, Anacortes es un punto de acceso para los turistas que desean explorar las islas San Juan, y es conocido por su ambiente acogedor y su oferta gastronómica centrada en productos locales. Sin embargo, los datos indican que las llegadas de turistas canadienses han disminuido en un 14% en comparación con el año anterior, lo que representa una significativa pérdida de ingresos para los negocios locales.
El impacto de la caída del turismo internacional
A nivel nacional, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos para la economía estadounidense, con visitantes extranjeros que gastaron más de 180.000 millones de dólares en 2024. Sin embargo, las proyecciones indican que las visitas internacionales han disminuido un 12% en marzo de este año. Este descenso no se limita a Canadá; también se refleja en la caída de turistas de Europa, Asia y América del Sur, mercados históricamente valiosos para la industria turística estadounidense.
El economista Ryan Sweet, de Oxford Economics, ha señalado que la situación actual del turismo es más bien un problema interno de Estados Unidos, en lugar de un reflejo de una debilidad global. Mientras otros destinos turísticos alrededor del mundo están viendo un crecimiento, el país norteamericano enfrenta una serie de desafíos que afectan su atractivo. Los datos muestran que las reservas de vuelos desde el extranjero están un 10% por detrás de las del año anterior, lo que augura un verano complicado para el sector.
Entre las causas de esta caída en el turismo se encuentran las políticas arancelarias impuestas por la administración de Donald Trump, que han generado un clima de incertidumbre y tensión comercial con otros países. Esta situación ha llevado a algunos gobiernos, como el de China, a emitir alertas de riesgo para sus ciudadanos que planean viajar a Estados Unidos, citando la deterioración de las relaciones económicas y la seguridad interna como factores preocupantes.
Adicionalmente, el clima político y social en Estados Unidos ha contribuido al aumento del temor entre los viajeros internacionales. La percepción de un endurecimiento en las políticas de inmigración ha creado un ambiente de desconfianza, donde muchos visitantes sienten que podrían ser objeto de detenciones o registros en los puntos de entrada al país. Esta situación no solo afecta la decisión de los turistas de visitar, sino que también impacta a las comunidades que dependen de su llegada para sostener sus economías locales.
Negocios como el de Matheny están sintiendo las consecuencias. La caída en el tráfico de clientes ha llevado a recortes en la compra de productos locales, lo que a su vez afecta a los agricultores y pescadores de la zona, creando un efecto dominó que perjudica a toda la comunidad. Matheny ha destacado cómo esta disminución en las ventas no solo representa una pérdida económica, sino que también pone en riesgo el tejido social de Anacortes.