
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha afirmado que Rusia está dispuesta a buscar una solución a largo plazo para el conflicto en Ucrania, pero que no aceptará ser abordada en un «lenguaje de ultimátums». Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente tensión entre Moscú y Kiev, así como con sus aliados europeos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, propuso el reinicio de negociaciones directas con Ucrania sin condiciones previas. Sin embargo, el gobierno ucraniano ha insistido en la necesidad de establecer un alto el fuego de 30 días antes de cualquier diálogo, una demanda que cuenta con el respaldo de sus aliados en Europa. Alemania, en particular, ha amenazado con imponer sanciones adicionales a Moscú si no se acepta la tregua antes del 12 de mayo.
Peskov respondió a la amenaza alemana subrayando que «el lenguaje de ultimátums es inaceptable para Rusia». El portavoz destacó que este tipo de exigencias ya habían sido planteadas anteriormente por lo que denominó la «coalición de los dispuestos», que incluye a líderes de Francia, Alemania, el Reino Unido y Polonia.
Compromiso con el Diálogo
El portavoz del Kremlin enfatizó que Moscú está comprometido con la búsqueda de un acuerdo de paz duradero, que incluya la reanudación de conversaciones directas con Kiev en Estambul, sin condiciones previas. Esta postura, según Peskov, tiene como objetivo «encontrar una resolución diplomática genuina a la crisis ucraniana, abordando las causas fundamentales del conflicto y logrando una paz duradera».
En cuanto a la propuesta de alto el fuego, Peskov ha indicado que, aunque Moscú está abierto a la idea de una tregua «en general», existen preocupaciones cruciales que deben ser atendidas primero. Entre estas preocupaciones se encuentra la necesidad de garantías de que la pausa no será utilizada por Ucrania para reagrupar sus fuerzas y continuar con su campaña de movilización.