
Un volcán activo en el centro de Filipinas, el Kanlaon, experimentó una breve erupción el martes, lanzando una columna de ceniza de 4,5 kilómetros (2,8 millas) de altura al cielo, cuyas detonaciones fueron escuchadas en las localidades cercanas. Este fenómeno se suma a la actividad volcánica que ha caracterizado a la región en los últimos meses.
Según el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, la erupción moderadamente explosiva tuvo lugar en el cráter de la cima del volcán antes del amanecer y se prolongó durante cinco minutos, según los datos sísmicos e infrasonoros registrados. La columna de ceniza, descrita como grisácea y voluminosa, ascendió aproximadamente 4,5 kilómetros sobre el vent, desplazándose posteriormente hacia el suroeste.
A pesar de la caída de ceniza en al menos nueve aldeas situadas al suroeste del volcán en la isla de Negros, no se han reportado heridos ni daños significativos. La alerta de nivel 3, en una escala de cinco, que se activó durante la erupción de Kanlaon en diciembre, se mantiene vigente. Las autoridades han establecido una zona de peligro de 6 kilómetros (3,7 millas) alrededor del volcán, prohibiendo el acceso, debido al riesgo de nuevas erupciones explosivas a corto plazo.
Contexto Volcánico y Riesgos Asociados
El Kanlaon, que se eleva a 2.435 metros (7.988 pies), es uno de los 24 volcanes más activos de Filipinas. Su actividad no es nueva; en abril también se registró una erupción breve, mientras que en diciembre se llevaron a cabo evacuaciones masivas de miles de habitantes hacia refugios de emergencia debido a la creciente inquietud del volcán.
La situación de riesgo es habitual en Filipinas, país situado en el conocido «Cinturón de Fuego» del Pacífico, una región altamente susceptible a terremotos y erupciones volcánicas. Cada año, el archipiélago se ve afectado por aproximadamente 20 tifones y tormentas, convirtiéndolo en uno de los países más propensos a desastres naturales en el mundo. La combinación de estos factores naturales requiere una vigilancia constante y una preparación adecuada para mitigar los efectos de estas catástrofes en la población.