
Severas tormentas han azotado los estados de Misuri y Kentucky, dejando un saldo trágico de al menos 21 fallecidos y devastando comunidades locales. El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, confirmó el deceso de al menos 14 personas en su estado, mientras que las autoridades de Misuri reportaron siete muertes adicionales.
En la localidad de London, Kentucky, Jamie Burns, una residente de 38 años, se vio obligada a buscar refugio en el sótano de la casa de su hermana mientras el tornado destruía entre 100 y 200 viviendas en la zona. «Las cosas que han estado aquí más tiempo que yo, cosas que llevan más de 30 años, están completamente aplastadas», expresó Burns en una entrevista telefónica con AFP, con una voz temblorosa por la angustia.
Imágenes aéreas muestran escenas de destrucción en London, con casas niveladas y árboles despojados de sus ramas. Más de 100,000 personas han quedado sin electricidad en Kentucky, donde cinco condados han declarado el estado de emergencia debido a la magnitud de los daños.
Una de las tormentas más devastadoras
En Misuri, la ciudad de St. Louis ha sido particularmente afectada, con cinco decesos reportados. El alcalde, Cara Spencer, calificó la situación como una de las peores tormentas en la historia de la ciudad. Al menos 38 personas resultaron heridas y se estima que alrededor de 5,000 edificios han sufrido daños. «La devastación es verdaderamente desgarradora», comentó Spencer.
El gobernador de Misuri, Mike Kehoe, indicó que su oficina se mantiene en contacto con la Casa Blanca para coordinar la ayuda necesaria. En St. Louis, un barrio ha visto cómo una iglesia ha quedado severamente dañada, y los servicios de rescate continúan atendiendo a las víctimas en la zona afectada.
A pesar de que se habían emitido advertencias sobre el clima severo, la intensidad de estas tormentas ha suscitado cuestionamientos sobre los recortes realizados en los servicios de meteorología. Se estima que la administración anterior ha reducido el personal de la Agencia Nacional de Meteorología, lo que ha llevado a que algunas oficinas limiten sus operaciones.
El año pasado, Estados Unidos registró una de las cifras más altas de tornados, con cerca de 1,800 eventos, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), solo superada por el año 2004.