
La lucha contra el cambio climático exige una comprensión profunda de cómo las distintas especies responderán a los cambios ambientales. Un nuevo estudio de investigadores de la Universidad Rice, liderado por Jacob Moutouama, pone de manifiesto una importante laguna en los modelos de predicción de biodiversidad: la falta de consideración de las diferencias entre individuos masculinos y femeninos en las especies dioicas, aquellas que presentan sexos separados. Esta investigación, publicada en las Proceedings of the National Academy of Sciences, subraya la urgencia de adaptar nuestros enfoques para reflejar la complejidad de la naturaleza.
El estudio se centra en la especie de planta Texas bluegrass (Poa arachnifera), un modelo que permite evaluar cómo los rasgos específicos de cada sexo influyen en la capacidad de la especie para adaptarse a un clima cambiante. Tradicionalmente, los modelos de biodiversidad han tendido a ignorar las diferencias sexuales, lo que podría llevar a pronósticos inexactos y subestimar la vulnerabilidad de las especies al cambio climático.
Modelos de respuesta sexual ante el cambio climático
Los investigadores desarrollaron dos marcos de modelado: un modelo convencional centrado en las hembras y un nuevo modelo de dos sexos que incorpora la interacción entre las proporciones de sexo y las tasas reproductivas. A través de experimentos en jardines comunes en Texas, Kansas y Oklahoma, se evaluó cómo las sensibilidades climáticas varían según el sexo, y cómo esto afecta la distribución futura de la especie.
Ambos modelos predijeron un desplazamiento hacia el norte de los hábitats adecuados en futuros escenarios climáticos; sin embargo, el modelo que solo considera a las hembras subestimó dicho desplazamiento. Las plantas hembras, aunque toleran un rango más amplio de temperaturas, pueden enfrentar una reproducción limitada debido a la escasez de oportunidades de apareamiento en poblaciones con mayor proporción de hembras.
La investigación resalta una brecha en la previsión ecológica que asume que tanto machos como hembras responden de manera similar a los estresores ambientales. Integrar datos de campo en modelos matemáticos es crucial para mejorar la precisión de las proyecciones de biodiversidad. Moutouama advierte que la recopilación de datos demográficos a lo largo de todo el rango de la especie es un desafío que ha dificultado estos estudios en el pasado.
Las implicaciones de este estudio son significativas, especialmente para las estrategias de conservación. Los hallazgos sugieren que, para especies dioicas como el Texas bluegrass, «el futuro es femenino», lo que contradice algunas investigaciones anteriores que pronosticaban ventajas para los machos. Comprender cómo responden las distintas sexos al cambio climático puede guiar la elaboración de mejores estrategias de conservación para especies vulnerables.
Ignorar la estructura sexual de una población puede socavar los esfuerzos por mantener ecosistemas saludables. La complejidad de la biología poblacional es un factor clave que influye en la supervivencia de las especies, y entender esta complejidad es fundamental para anticipar y prepararnos ante los cambios en la biodiversidad.
Más información:
Jacob K. Moutouama et al, Forecasting range shifts of dioecious plants under climate change, Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: 10.1073/pnas.2422162122