
La Cumbre Mundial sobre el Estado Crítico de los Océanos se inaugurará el próximo lunes en Niza, Francia, con un enfoque urgente en la necesidad de prohibir la pesca de arrastre de fondo y fortalecer la protección de las áreas marinas sobreexplotadas. Este encuentro, que reunirá a líderes mundiales, científicos y activistas, busca abordar lo que se ha descrito como una «emergencia» global que afecta a los océanos, a menudo descuidados en las políticas internacionales.
Los líderes asistentes están llamados a presentar ideas concretas y recursos económicos para hacer frente a esta crisis. La presión es palpable, especialmente en un contexto donde las naciones se encuentran en desacuerdo sobre un tratado global para combatir la contaminación por plásticos, y donde Estados Unidos evita compromisos en la regulación de la minería en alta mar.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, enfatizó la necesidad de acción inmediata, afirmando que «el planeta ya no puede tolerar promesas incumplidas». Se anticipan nuevos compromisos durante la cumbre, con la participación de aproximadamente 60 jefes de estado y miles de representantes del sector empresarial y de la sociedad civil.
Medidas contra el arrastre de fondo
El Reino Unido tiene previsto anunciar una prohibición parcial del arrastre de fondo en la mitad de sus áreas marinas protegidas, lo que pone este método de pesca destructivo en el centro del debate. Esta práctica, que implica el uso de grandes redes que arrastran el lecho marino, ha sido criticada ampliamente por sus devastadores efectos en los ecosistemas marinos. Greenpeace ha acogido con satisfacción la medida británica, aunque ha señalado que llega «demasiado tarde».
En el caso de Francia, el presidente Macron ha anunciado restricciones para la pesca de arrastre en algunas de sus áreas marinas protegidas, aunque ha enfrentado críticas por no ir lo suficientemente lejos. La ministra de Medio Ambiente francesa, Agnès Pannier-Runacher, ha indicado que otros países también harán «anuncios importantes» relacionados con la creación de nuevas áreas marinas protegidas.
En ese sentido, Samoa ha dado un paso adelante al declarar que el 30% de sus aguas nacionales estarán bajo protección mediante la creación de nueve parques marinos. A pesar de estos avances, solo un 8% de los océanos globales están designados para la conservación marina, lejos del objetivo acordado internacionalmente de alcanzar un 30% para 2030. Además, muchas de estas áreas no cuentan con regulaciones efectivas, lo que dificulta su verdadera protección.
La cumbre también se centrará en la necesidad de financiamiento para la protección de los océanos, que es el objetivo de desarrollo sostenible menos financiado de los 17 establecidos por la ONU. Se espera que los estados insulares pequeños, que enfrentan el aumento del nivel del mar y la sobreexplotación de los recursos pesqueros, demanden apoyo financiero y político durante el evento.
Aunque la cumbre no culminará en un acuerdo vinculante como el que se espera en las negociaciones climáticas, observadores y diplomáticos consideran que podría marcar un punto de inflexión crucial en la conservación global de los océanos, si los líderes cumplen con las expectativas. «La Conferencia de la ONU sobre los Océanos nos brinda la oportunidad de convertir las palabras en acciones audaces y ambiciosas», destacó Enric Sala, fundador del grupo de conservación marina Pristine Seas.
Otro de los objetivos prioritarios de la cumbre será avanzar hacia la ratificación de un tratado global sobre subsidios pesqueros perjudiciales y proteger las aguas internacionales que están fuera del control nacional. En este sentido, Francia lidera la iniciativa de establecer una moratoria sobre la minería en alta mar, de cara a una reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos programada para julio.