Más de 1,5 millones de peregrinos extranjeros se encuentran actualmente en Arabia Saudita para participar en el Hajj de este año, una de las experiencias espirituales más significativas para los musulmanes. Este rito de cinco días, que cada musulmán debe realizar al menos una vez en su vida, es una experiencia impresionante, pero también físicamente agotadora. Los peregrinos caminan durante horas y esperan en grandes multitudes alrededor de los sitios sagrados y el desierto circundante.
El país ha invertido miles de millones de dólares en medidas de control de multitudes y seguridad, pero uno de los mayores desafíos en el Hajj en los últimos años ha sido el calor extremo. En la actualidad, los peregrinos se reúnen en el monte Arafat con temperaturas que rondan los 40 grados Celsius, y se espera que alcancen hasta 45 grados en los próximos días. Tras la trágica muerte de 1.300 personas el año pasado debido al calor extremo y la sobrepoblación, Arabia Saudita ha instalado más de 400 unidades de refrigeración y ha restringido la entrada a peregrinos no registrados.
Consejos prácticos para los peregrinos
Para aquellos que planean participar en el Hajj por primera vez, es esencial empacar la vestimenta adecuada y otros elementos útiles. Es importante prepararse tanto para las regulaciones religiosas como para los desafíos prácticos que presenta el Hajj.
La mayoría de los rituales se llevan a cabo al aire libre en el desierto, donde las temperaturas pueden superar los 40 grados Celsius durante el día. Para evitar golpes de calor, los sombreros de ala ancha son clave. Muchos peregrinos optan por sombreros de paja o incluso sombreros de vaquero. Alternativamente, algunos llevan paraguas o utilizan sus alfombrillas de oración como protección solar.
Los hombres deben vestir túnicas blancas simples sin costuras, una norma destinada a unificar a ricos y pobres. Las mujeres deben cubrirse el cabello, pero tienen más libertad para llevar telas de sus países de origen, lo que resulta en una colorida exhibición de la multiculturalidad del Islam. En cuanto al calzado, lo ideal es llevar algo duradero para las largas caminatas, que además se pueda poner y quitar con facilidad, ya que los peregrinos deben descalzarse antes de entrar en la Gran Mezquita de La Meca. Las sandalias son una opción sensata, aunque algunos peregrinos prefieren usar calcetines, ya que el suelo de mármol de la mezquita puede estar sorprendentemente frío durante la circunvalación de la Kaaba.
Es aconsejable llevar una mochila pequeña para transportar comida, agua, protector solar y artículos de tocador. Sin embargo, las mochilas pueden ser incómodas en situaciones de gran aglomeración. Las bandoleras cruzadas son mucho más populares, ya que permiten un acceso más fácil sin necesidad de girar el cuerpo. Además, muchos peregrinos llevan una bolsa o funda separada para sus zapatos, ya que es fácil perderlos en la multitud que acude a la Gran Mezquita.
Algunos peregrinos, como Umaima Hafez, una hajjah de Egipto que ha realizado el Hajj cinco veces, llevan un taburete portátil que se pliega y cabe en su mochila, facilitando las largas esperas. En cuanto a los artículos de tocador, es fundamental llevar solo aquellos que no contengan fragancias, en cumplimiento con la prohibición de utilizar perfumes durante el Hajj.
Con los lugares sagrados dispersos a lo largo de más de 16 kilómetros, los peregrinos pueden necesitar acampar en el desierto, lo que incluye opciones de alojamiento como Mina, uno de los campamentos de tiendas más grandes del mundo. En Meca, es posible adquirir equipos de camping en los supermercados, que ofrecen artículos esenciales como tiendas ligeras, esterillas para dormir y bolsas de agua plegables. En cuanto a la alimentación, se recomienda llevar alimentos que sean fáciles de consumir en movimiento y que no necesiten refrigeración ni utensilios, como frutas secas, frutos secos, galletas y patatas fritas.
