En ciudades como Barcelona hay muchos edificios antiguos que en su mayoría eran edificios de viviendas y que se han ido transformado en edificios de oficinas, manteniendo todo lo posible las zonas comunes en su estado original. Mantener limpias estas zonas se ha convertido en una misión complicada para las empresas de limpieza ya que, para limpiar correctamente todos los elementos, es necesaria mucha dedicación y tiempo.
Por ejemplo, el enrejado del ascensor y los elaborados pasamanos dificultan mucho su limpieza. Estas piezas únicamente se pueden ir manteniendo limpias pasando cepillos y plumeros adecuados a menudo, para ir eliminando el polvo. El problema viene cuando su limpieza se ha descuidado durante mucho tiempo y se ha ido acumulando un tipo de suciedad que cuesta mucho eliminar. En estos casos, las empresas de limpieza realizan este trabajo utilizando cepillos cubiertos con un trapo impregnado con productos adecuados, pasando a continuación trapos secos, para terminar de eliminar la suciedad y las marcas.
Otro de los problemas con los que se pueden encontrar las empresas de limpieza es el tipo de aluminio utilizado en los ascensores. Normalmente, los ascensores se limpian bien con agua y amoniaco, que desinfecta y deja el material brillante. Sin embargo, hay otros aluminios a los que el amoniaco les hace perder ese brillo. En estos casos, solo se puede aplicar un aceite específico, especialmente indicado para este material, pero que debe aplicarse bien para que no queden marcas.
Respecto a los pavimentos antiguos, que normalmente son de mármol blanco, simplemente con agua y lejía pueden quedar perfectos. No obstante, a menudo los usuarios que utilizan estos edificios prefieren que, tras la limpieza, el suelo desprenda un olor agradable. Para ello, se pueden utilizar productos que dejan olor a rosas o a lavanda, pero que son algo menos efectivos.
En ocasiones, también podemos encontrarnos que se haya colocado una alfombra larga desde el ascensor hasta la entrada del edificio, la cual se mancha mucho por el gran tráfico de personas, sobre todo en días de lluvia. Aunque, si bien una moqueta o alfombra común se puede lavar con detergentes específicos y con maquinaría rotativa, en estos casos no es conveniente proceder de la misma manera. Por un lado, porque la alfombra suele ser de una calidad inferior y utilizar este tipo de maquinaria desgastaría el pelo del textil. Y, por otro lado, porque nunca cesa el tráfico de personas, por lo que habría que retirarla durante 48 horas para su correcto secado. Por todo ello, este tipo de alfombras deben limpiarse totalmente de forma manual, lo que tiene un coste algo más elevado, pero ofreciendo igualmente un resultado óptimo.
En el caso de las puertas de entrada, también es común encontrarnos puertas majestuosas de edificios señoriales que suelen ser muy grandes y pesadas, y con elaboraciones de hierro que dificultan su limpieza. El procedimiento para limpiar estas puertas es totalmente distinto a los portales de edificios más modernos, así como un poco más laborioso. En primer lugar, se debe eliminar el polvo y la polución de los motivos de hierro y después limpiar las manchas de los cristales, que al ser antiguos suelen ser mucho más delicados. Además, por su gran altura, es frecuente también necesitar la intervención de un especialista de la empresa de limpieza para llegar a todos los rincones.
Todas estas peculiaridades hacen que la limpieza de edificios antiguos sea algo más laboriosa y costosa en comparación con edificios más modernos y austeros. No obstante, su belleza y riqueza patrimonial hacen que valga la pena el esfuerzo que requiere mantenerlos en condiciones óptimas para favorecer su conservación para el disfrute de las generaciones venideras.