Aunque hoy no nos extraña encontrarnos con alguien que tenga un tatuaje, lleve un piercing o se haya sometido a una operación de cirugía estética, lo cierto es que todo esto es relativamente nuevo. De hecho, si nos remontamos 25 o 30 años atrás, nos costaría encontrar una clínica de cirugía plástica, y los estudios de tatuaje ni siquiera existían. En realidad, estas son modas muy novedosas, traídas por personajes famosos del mundo del deporte y la música, entre otros. No obstante hoy son tan comunes que incluso algunos políticos tienen tatuajes. Aunque hay casos en los que esto ha supuesto un problema para acceder al mercado laboral.
No le dan un trabajo porque lleva tatuajes
Este tema ha saltado a la palestra después de que haya habido noticias relacionadas con puestos de trabajo en los que algunos candidatos fueron descartados por llevar la piel tatuada, según ha sabido la página especializada en el tema Mundo Tatuajes.
Un joven hizo una entrevista de trabajo para un gimnasio. Todo comenzó muy bien y parecía que la conversación apuntaba a que era seguro que tendría el puesto. Se habían comentado todas las condiciones del contrato y casi se podía decir que estaba firmado, cuando el candidato preguntó por curiosidad si había algún problema con que llevase tatuajes.
Todo cambió a partir de entonces. El entrevistador le dijo que tendría que taparlos, a lo cual accedió, a pesar de que la naturaleza del trabajo lo había bastante complicado. Al final, no le llamaron para el puesto. Está convencido de que fue por los tatuajes, algo que le hace sentirse discriminado. “¿Acaso soy un delincuente por tener tatuajes? ¿No merezco la oportunidad de demostrar lo que valgo?”, reflexiona.
Este no es un caso aislado ni mucho menos. Después de este han aparecido otros testimonios de personas que han tenido problemas laborales por tener la piel tatuada. Hay quienes se han planteado borrar los tatuajes, o al menos hacérselos en zonas del cuerpo en las que no se vean normalmente.
Piercings y similares
El tema de los pendientes es otro elemento polémico. Y no solo hablando de piercings, sino también de pendientes de acupuntura, que se confunden con los primeros aunque tengan un propósito muy diferente.
Especialmente en el mundo de la hostelería, los pendientes, tatuajes y barbas son elementos que, si bien se trata de aspectos estéticos y de gusto personal, afectan de forma muy específica a la imagen. Una imagen que cada local busca cuidar a toda costa y que por ello tiene unas determinadas normas de contratación o aspecto del personal.
Otros puestos de trabajo son más permisivos. En el ámbito deportivo, pendientes y tatuajes no suelen afectar en lo más mínimo, salvo excepciones como la que hemos comentado antes de la entrevista para el gimnasio.
Cambios estéticos que suelen afectar para bien
A diferencia de estos, hay otros cambios que suelen causar una mejor impresión, como las operaciones de cirugía estética. Aumentos de pecho, reducción de arrugas u operaciones de otoplastia Barcelona están dentro de la lista de alteraciones corporales que no solo se consideran lícitas, sino que en muchas ocasiones son bastante deseables. Modelos, azafatas y personas que tienen trabajos de cara al público son contratados con mayor frecuencia si cuentan con una imagen atractiva y una silueta de escándalo, aunque para ello hayan tenido que recurrir a la cirugía. En multitud de ocasiones este tipo de cambios apenas y son perceptibles, aunque esto dependerá claro está del profesional escogido para llevar a cabo la intervención, siendo muy recomendable contrastar información de forma previa con respecto al currículum y las hazañas del mismo, ya sea a partir de noticias del sector, o declaraciones de los propios pacientes, sabiendo así si han quedado satisfechos o no. El Dr. Fabrizio Moscatiello es un gran ejemplo de profesionalismo y eficiencia en este aspecto, siendo toda una eminencia en el sector, y una gran opción de cara a realizar una operación de otoplastia en la ciudad de Barcelona.
En cualquier caso, para bien o para mal, nuestra imagen condiciona hasta cierto grado si somos aptos o no para según qué trabajos. Es un hecho.