El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado un paquete de asistencia en defensa para Taiwán valorado en 571,3 millones de dólares, según un comunicado de la Casa Blanca emitido el pasado viernes. Esta medida ha generado tensiones con Pekín, que considera a la isla autogobernada como parte de su territorio soberano y ve estas relaciones como una violación de su integridad territorial y una amenaza para la estabilidad regional.
El paquete de ayuda incluye una posible venta de equipo militar por un valor aproximado de 265 millones de dólares. Además, el gobierno estadounidense ha aprobado la venta de piezas para cañones automáticos de 76 mm, valoradas en 30 millones de dólares. El ministerio de Defensa de Taiwán ha expresado su agradecimiento, afirmando que ambas partes “continuarán trabajando estrechamente en cuestiones de seguridad para garantizar la paz en el estrecho de Taiwán”.
Relaciones complejas entre EE. UU. y Taiwán
A pesar de que Estados Unidos mantiene oficialmente una política de Una Sola China, reconociendo a Taiwán como parte de China, también se involucra en cooperación militar con el gobierno de Taipéi. Este apoyo ha sido objeto de críticas por parte de Pekín, que ha impuesto sanciones a más de una docena de empresas militares estadounidenses y a altos ejecutivos en respuesta a la aprobación de ventas de armas a Taiwán.
En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha autorizado varios paquetes de asistencia militar, incluyendo uno de 385 millones de dólares en noviembre y otro de hasta 2.000 millones en octubre. En septiembre, se anunció un acuerdo de 567 millones de dólares. Estas decisiones han llevado a Taiwán a estar en alerta, especialmente tras lo que describió como la mayor concentración de fuerzas navales chinas en tres décadas alrededor de la isla y en los mares de China Oriental y Meridional.
China, por su parte, ha llevado a cabo ejercicios militares a gran escala en torno a Taiwán, y el gobierno de Taipéi ha afirmado que Pekín nunca “renunciará al uso de la fuerza” en su contra. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha subrayado que el apoyo continuo de Washington a Taiwán contradice compromisos previos asumidos por EE. UU. en el Comunicado del 17 de agosto de 1982, donde se prometió no perseguir una política de ventas de armas a largo plazo a la isla y se expresó la intención de reducir gradualmente dichas ventas.
Según un informe del Wall Street Journal, problemas en la cadena de suministro han mantenido a Taiwán sin acceso a muchas armas de última generación durante años. La isla ha comenzado a recibir envíos retrasados de armamento estadounidense, incluyendo 38 tanques M1A2 Abrams y sistemas de cohetes HIMARS, parte de un retraso que supera los 20.000 millones de dólares.