El ciclón tropical ‘Chido’ ha causado estragos en Mozambique, dejando un trágico saldo de 94 muertos y más de 750 heridos. Las provincias más afectadas son Cabo Delgado, Nampula y Niassa, según el último informe de las autoridades locales. Este desastre natural ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos, que se han intensificado en los últimos años debido al cambio climático.
Impacto en las comunidades locales
El Instituto Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres Naturales ha detallado que Cabo Delgado es la provincia que ha sufrido el mayor impacto, con 84 fallecidos y 740 heridos. En Nampula, se han registrado siete muertes y 24 heridos, mientras que en Niassa, las cifras son de tres muertos y cuatro heridos. Este balance refleja no solo la pérdida de vidas humanas, sino también el profundo sufrimiento de las comunidades afectadas.
Además, un total de 622.600 personas, equivalentes a 123.700 familias, se han visto perjudicadas por el paso del ciclón. Las infraestructuras han sido devastadas, con casi 30.000 viviendas y alrededor de 50 centros sanitarios destruidos. En este contexto, cerca de 1.350 personas han sido desplazadas y han encontrado refugio en centros habilitados para tal fin.
El impacto del ciclón no se limita a Mozambique. En el departamento francés de Mayotte, que se encuentra entre Madagascar y Mozambique, se han reportado más de 30 fallecidos. Asimismo, en Malaui, al menos trece personas han perdido la vida, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Este panorama resalta la necesidad urgente de asistencia humanitaria y de un enfoque coordinado para abordar las consecuencias de desastres naturales en la región.
