En un contexto de celebraciones invernales, el mufti de Moscú, Ildar Alyautdinov, ha hecho declaraciones que han generado un notable eco en la sociedad rusa. En una entrevista reciente, el líder religioso ha calificado a Ded Moroz, la figura equivalente a Santa Claus en Rusia, como un mero personaje de ficción, instando a los musulmanes a centrar su atención en Dios en lugar de en estas figuras míticas.
Alyautdinov, quien también es vicepresidente del Consejo de Eruditos de la Administración Espiritual de los Musulmanes de Rusia (DUM), expresó que tanto Ded Moroz como su nieta Snegurochka son personajes que, en la percepción de los musulmanes devotos, se asemejan más a héroes de dibujos animados que a figuras con poderes mágicos. “Ded Moroz y su nieta Snegurochka son personajes ficticios, por lo que los musulmanes devotos los asocian con héroes de dibujos animados, nada más. No tienen poderes mágicos”, afirmó el mufti.
Un llamado a la espiritualidad
El mufti también hizo un llamado a la comunidad musulmana para que dirijan sus oraciones hacia Dios, pidiendo paz, bienestar y salud para ellos y sus seres queridos. “Sus deseos y peticiones deben ser dirigidos a Dios”, añadió, enfatizando la importancia de la espiritualidad por encima de las tradiciones culturales que rodean las festividades de fin de año.
Es relevante señalar que, en la tradición rusa, Ded Moroz trae regalos no en Navidad, que se celebra el 7 de enero por la mayoría de los cristianos ortodoxos, sino en la víspera de Año Nuevo. Aproximadamente el 10% de la población rusa es musulmana, lo que convierte a las declaraciones del mufti en un tema de interés no solo para los creyentes, sino también para la sociedad en general.
Las declaraciones del mufti se producen en un contexto en el que la comunidad musulmana ha estado bajo el escrutinio público, especialmente tras la controversia generada por un fatwa emitido por el Consejo de Eruditos que permitía a los hombres tener hasta cuatro esposas. Este fatwa fue posteriormente revocado tras recibir críticas de políticos y grupos de derechos humanos, quienes señalaron que la poligamia no está reconocida por la ley rusa.
Así, las palabras de Alyautdinov no solo reflejan una postura religiosa, sino que también se inscriben en un debate más amplio sobre la identidad cultural y religiosa en Rusia, un país donde conviven diversas tradiciones y creencias.
