La hibridación de las mints de arbustos en Florida: un descubrimiento científico relevante
Las mints de arbustos modernas, plantas florales delicadas que crecen principalmente en Florida, han sido objeto de un estudio reciente que sugiere que su diversidad genética es el resultado de hibridaciones antiguas. Este trabajo, realizado por un equipo de investigadores, muestra cómo la interbreeding entre distintas especies ha dado lugar a nuevas variedades con características únicas. Las mints de arbustos forman un clado, un grupo de organismos que comparten un ancestro común, que se desarrolla exclusivamente en la llanura costera de América del Norte. Muchas de estas especies son endémicas y se encuentran en hábitats específicos, como colinas de arena y áreas de matorrales, lo que las convierte en grupos vulnerables a la extinción.
La hibridación se produce cuando dos especies se cruzan y generan descendencia con una combinación de genes y rasgos de ambas. Según el estudio, este fenómeno ocurrió durante el Pleistoceno, un período geológico que abarca desde hace aproximadamente 11,700 hasta 2.58 millones de años, caracterizado por cambios climáticos drásticos y varias glaciaciones. Uno de los hallazgos más significativos es la identificación de un grupo de mints, conocido como calamints, que fueron clasificados erróneamente dentro del género Clinopodium desde 1899, aunque los análisis genéticos revelan que son genéticamente distintos. Estas confusiones en la clasificación dificultan la identificación de especies y retrasan las acciones de conservación, dejando a muchas plantas raras sin las protecciones legales adecuadas.
El estudio también ha puesto de manifiesto que las mints anuales del género Dicerandra, que se extienden hasta Carolina del Sur, surgieron de eventos de hibridación consecutivos con sus parientes perennes. Esto sugiere que la hibridación es un mecanismo común de diversificación en estas plantas raras. Además, se ha descubierto que la balm de Titusville, actualmente clasificada como un híbrido reciente, ha estado evolucionando durante cientos de miles de años. La re-clasificación de estas plantas requiere tiempo y esfuerzo, ya que implica análisis genéticos y morfológicos detallados, además de una descripción científica formal. Sin embargo, seguir estos pasos es crucial para que estas plantas sean reconocidas bajo las leyes de conservación, lo que podría tener un impacto significativo en su futuro y en la preservación de la biodiversidad en el ecosistema de Florida.