Un exoficial de las Fuerzas Especiales del Reino Unido ha declarado ante una investigación gubernamental que los operativos del SAS (Special Air Service) recibieron un “pase dorado que les permitía salirse con la suya” en Afganistán, lo que sugiere una cultura de impunidad en la que se encubrieron presuntos crímenes de guerra. Este testimonio, presentado en una audiencia cerrada de la Independent Inquiry Relating to Afghanistan, ha sido incluido en una serie de documentos publicados por la investigación recientemente.
El exoficial expresó su preocupación por la muerte de civiles desarmados en 2011, afirmando que el SAS estaba encubriendo estos crímenes. Según su declaración, los altos mandos de las Fuerzas Especiales del Reino Unido no mostraron interés en investigar las muertes, lo que llevó a que los operativos del SAS operaran con una sensación de inmunidad. La investigación se centra en las redadas nocturnas llevadas a cabo por las fuerzas especiales británicas entre 2010 y 2013, periodo en el que se produjeron las supuestas ejecuciones.
Testimonios sobre ejecuciones sistemáticas
Un oficial de menor rango relató que durante estas redadas se mataba a “todos los hombres en edad de combatir”, independientemente de si estaban armados o no. En algunos casos, los miembros del SAS colocaban armas junto a los cuerpos de los muertos para hacerlos parecer combatientes. Además, se mencionó que algunos prisioneros eran ejecutados tras haber sido sometidos, con detalles perturbadores como el uso de una almohada para asfixiar a una víctima antes de dispararle.
La investigación está indagando sobre la muerte de al menos 80 prisioneros. Un testigo subrayó que lo que más le impactó no fue tanto la ejecución de potenciales miembros del Talibán, sino la juventud de algunas de las víctimas, algunas de las cuales tenían “100%” menos de 16 años. Este mismo testigo expresó su temor por su propia seguridad tras haber testificado, indicando que existía una cultura de silencio y represión dentro de las filas del SAS.
Las acusaciones de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas especiales británicas en Afganistán no son nuevas. Medios como BBC Panorama y The Sunday Times han informado previamente sobre la muerte rutinaria de civiles en estas operaciones. En un caso, se alega que el ejército estadounidense tenía grabaciones de un masacre, pero que el material desapareció misteriosamente cuando fue solicitado por un tribunal británico.
Recientemente, la BBC informó que uno de los generales más altos del Reino Unido había ocultado evidencia sobre la ejecución de detenidos maniatados en Afganistán durante la investigación actual. Este contexto plantea serias preguntas sobre la rendición de cuentas y la transparencia en las operaciones militares británicas en el extranjero.