El nuevo enviado especial del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de mediar en el conflicto entre Rusia y Ucrania en un plazo de 100 días, comenzando desde el día de la inauguración, el 20 de enero. Keith Kellogg, retirado teniente general del Ejército de EE. UU., expresó su compromiso en una entrevista con Fox News, afirmando que está consciente de que el tiempo apremia.
“Me gustaría establecer un objetivo a nivel personal y profesional. Diría que lo fijemos en 100 días y trabajemos hacia atrás”, indicó Kellogg. En sus declaraciones, subrayó que Trump está decidido a reiniciar las negociaciones entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder ucraniano, Volodymyr Zelensky, con el fin de encontrar una solución al conflicto que ha provocado “enormes” pérdidas humanas en ambos bandos.
Compromiso con la soberanía de Ucrania
Kellogg enfatizó que la intención de Trump no es conceder nada a Putin o a Rusia, sino más bien “salvar a Ucrania y su soberanía”. Aseguró que el enfoque del presidente electo será garantizar que cualquier acuerdo sea “equitativo y justo”.
El enviado especial también criticó la falta de comunicación entre el actual presidente, Joe Biden, y Putin, argumentando que “el mayor error que ha cometido el presidente Biden es no haber entablado conversaciones con Putin”. Según Kellogg, Biden no ha hablado con el líder ruso en más de dos años, mientras que Trump, a su juicio, “habla con adversarios y aliados por igual”.
A pesar de las promesas de Trump de mediar rápidamente en un acuerdo de paz, los detalles específicos sobre cómo se llevaría a cabo este proceso siguen siendo escasos. Informes de medios sugieren que su equipo está considerando la posibilidad de congelar el conflicto a lo largo de la actual línea del frente.
Las negociaciones entre Moscú y Kiev se rompieron en la primavera de 2022, con ambas partes acusándose mutuamente de formular demandas poco realistas. Putin ha declarado que, para que cualquier acuerdo sea viable, Ucrania debe abandonar su intención de unirse a la OTAN y renunciar a sus reclamaciones sobre Crimea y otros cuatro territorios ucranianos que se han integrado a Rusia.
