Elon Musk, propietario de la plataforma X (anteriormente conocida como Twitter), ha afirmado que su adquisición se debió a su intención de “destruir el virus mental woke”. Este término, utilizado por algunos sectores conservadores, se refiere a lo que consideran una ideología radical liberal que aboga por políticas de diversidad, inclusión y derechos LGBTQ+, así como por la censura de opiniones disidentes.
En una publicación reciente en X, Musk declaró: “En 2021, me propuse destruir el virus mental woke y ahora ha sido eliminado”. Esta afirmación fue acompañada de un mensaje anterior donde mencionaba “traceroute woke_mind_virus”, un comando técnico utilizado para diagnosticar redes de Internet.
Cuando un seguidor le preguntó si esta era la razón principal de su compra de Twitter, Musk respondió con un contundente “Sí”. Desde su llegada, ha criticado abiertamente lo que considera los efectos nocivos de este “virus” en la sociedad, señalando que ha contribuido a muchos de los males actuales.
La controversia familiar de Musk
En una entrevista con el psicólogo canadiense Dr. Jordan Peterson, Musk reveló que el “virus mental woke” le había costado la relación con su hijo, Xavier, quien se identifica como mujer. Musk alegó que fue “engañado” por médicos para autorizar tratamientos hormonales que, según él, llevaron a la esterilización permanente de su hijo. “Perdí a mi hijo, esencialmente. Lo llaman deadnaming por una razón”, afirmó, refiriéndose al término que se utiliza para describir el uso del nombre anterior de una persona trans.
La compra de Twitter por parte de Musk, por un total de 44 mil millones de dólares en 2022, ha llevado a una reestructuración significativa de la plataforma. Desde entonces, ha despedido a gran parte del personal encargado de la moderación de contenido y ha revertido muchas de las políticas de censura que existían previamente. Este cambio ha permitido la reinstauración de cuentas de figuras controvertidas, como la del expresidente estadounidense Donald Trump, cuya cuenta fue suspendida tras los disturbios en el Capitolio en enero de 2021.
A pesar de que la estrategia de Musk ha hecho de X un caso atípico en el panorama de las redes sociales, donde la mayoría de las plataformas mantienen políticas restrictivas, otros gigantes como Meta, bajo la dirección de Mark Zuckerberg, han comenzado a relajar sus propias políticas de moderación. Recientemente, Meta anunció que ya no trabajará con verificadores de hechos externos para etiquetar contenido político y ha eliminado programas de contratación relacionados con diversidad e inclusión.
Estos movimientos han generado un debate sobre la libertad de expresión en las redes sociales y la responsabilidad de las plataformas en la moderación de contenido, un tema que sigue siendo objeto de controversia en el ámbito público y político.