El territorio francés de Mayotte se encuentra en estado de alerta roja ante la inminente llegada de la tormenta Dikeledi, que se espera que traiga consigo fuertes vientos y lluvias torrenciales. Esta situación se produce menos de un mes después de que el archipiélago del océano Índico sufriera los devastadores efectos del ciclón Chido, que causó la muerte de al menos 39 personas y dejó más de 5,600 heridos.
Desde el sábado a las 19:00 GMT, las autoridades han declarado el estado de alerta roja, previendo que Dikeledi pase a aproximadamente 100 kilómetros al sur de Mayotte. La tormenta, que originalmente tocó tierra en la costa norte de Madagascar como un ciclón, ha disminuido su intensidad pero se espera que recupere fuerza a medida que se acerque al territorio francés, con posibilidades de ser reclasificada como ciclón en las próximas horas.
Condiciones meteorológicas extremas
Según el servicio meteorológico francés Meteo-France, Dikeledi se encontraba a 260 kilómetros al sureste de Mayotte a las 6:00 hora local, desplazándose a 22 kilómetros por hora. En su último informe, se advirtió que las lluvias torrenciales podrían generar inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra, especialmente en las zonas más vulnerables del archipiélago.
El prefecto de Mayotte, Francois-Xavier Bieuville, ha instado a los residentes a buscar refugio y a abastecerse de alimentos y agua. Durante el periodo de alerta, cualquier desplazamiento está prohibido salvo para personal de rescate y otros servicios autorizados. «Nada se está dejando al azar», afirmó Manuel Valls, ministro de los territorios de ultramar de Francia.
Las ráfagas de viento podrían alcanzar los 90 km/h, lo que representa un riesgo significativo para la población. Más de 4,000 efectivos de las fuerzas de seguridad y el ejército han sido movilizados en la isla, y se ha solicitado a los alcaldes que reabran centros de alojamiento que sirvieron de refugio a unas 15,000 personas tras el paso del ciclón Chido.
La situación es particularmente crítica para las comunidades que aún no se han recuperado de los estragos causados por el ciclón anterior. Ismahane, una residente de Mayotte, expresó su preocupación por el impacto que podría tener Dikeledi, dado el reciente desastre. «Todavía no nos hemos recuperado del todo, y no sé si lo lograremos esta vez», comentó, mientras se preparaba para la tormenta.
Con una población oficial de 320,000 personas, se estima que hay entre 100,000 y 200,000 residentes indocumentados que viven en asentamientos informales que sufrieron graves daños en diciembre. La combinación de condiciones meteorológicas adversas y la fragilidad de la infraestructura en la isla plantea un desafío significativo para las autoridades locales y nacionales.