Los incendios forestales que asolan Los Ángeles se han convertido en una calamidad que afecta tanto a la población como a la industria del entretenimiento, un pilar económico de la región. Con un valor de 115 mil millones de dólares, el sector audiovisual ya se encontraba en una situación precaria, sumido en las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y las recientes huelgas laborales que han sacudido sus cimientos.
Los efectos de estos devastadores incendios son palpables: actores, guionistas y productores han perdido sus hogares, y numerosas producciones de cine y televisión se han visto obligadas a detenerse. La temporada de premios de Hollywood, que suele atraer la atención mediática y del público, también se encuentra en la cuerda floja, con múltiples eventos cancelados y aplazados.
El impacto en la industria del entretenimiento
Marc Malkin, editor de cultura y eventos de la revista Variety, ha señalado que «Hollywood, como todos, fue golpeado por la pandemia con consecuencias severas. Las huelgas, evidentemente, afectaron a la industria, probablemente para siempre». A esta serie de calamidades se suman ahora los incendios, que han llevado a una parálisis casi total de las actividades en el sector.
Producciones emblemáticas como «Grey’s Anatomy», «NCIS», «Hacks» y «Fallout» han tenido que apagar sus luces, dejando en la incertidumbre a miles de trabajadores de la industria. Las zonas donde se encuentran los grandes estudios, como Burbank, han estado en peligro, aunque hasta el momento han sido protegidas. Sin embargo, las advertencias de Film LA, la entidad encargada de gestionar los permisos para rodajes, son claras: los productores que trabajen en zonas de evacuación deben prepararse para que sus permisos sean cancelados.
La calidad del aire, deteriorada por el denso humo que envuelve la región, imposibilita incluso las filmaciones en áreas alejadas de los focos de incendio. «Si estás grabando al aire libre en Los Ángeles ahora mismo, la situación es muy mala», enfatiza Malkin, reflejando la gravedad de la crisis.
Con la temporada de premios a la vuelta de la esquina, la industria enfrenta un dilema ético sobre la conveniencia de continuar con eventos que celebran el glamour mientras la ciudad arde. La ceremonia de los Oscar, por ejemplo, ha retrasado el anuncio de sus nominaciones, y la actriz Jean Smart ha propuesto que se suspenda toda la temporada de premios, sugiriendo que las cadenas de televisión deberían donar los ingresos a las víctimas de los incendios y a los bomberos.
La preocupación por el impacto económico de estas decisiones es palpable. Malkin advierte que cancelar la temporada de premios tendría repercusiones devastadoras para los trabajadores temporales que dependen de estos ingresos, como estilistas, personal de catering y seguridad. «Sí, las celebridades estarán bien económicamente, pero al pensar en todas las personas que dan soporte a estos eventos, se comprende la gravedad de la situación», concluye.
