El reciente informe del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos revela una situación fiscal alarmante, con un déficit que ha aumentado considerablemente en el primer trimestre del año fiscal 2025. Este desajuste financiero, que se ha acentuado en diciembre, refleja no solo las políticas económicas internas, sino también las repercusiones de un sistema que enfrenta desafíos estructurales significativos.
Durante diciembre de 2024, el déficit alcanzó los 86.7 mil millones de dólares, lo que, a pesar de representar una disminución del 33% en comparación con el mismo periodo del año anterior, ha contribuido a que el total del primer trimestre se eleve a 710.9 mil millones de dólares. Esta cifra es aproximadamente 200 mil millones más que en el año anterior, lo que indica un aumento del 39.4% en el déficit fiscal.
Factores que agravan el déficit fiscal
Entre las causas principales de este deterioro económico se encuentran el aumento de los costos de financiamiento, el crecimiento continuo del gasto público y una caída en los ingresos fiscales. Estos elementos han confluido para llevar la deuda nacional por encima de los 36 billones de dólares, una cifra que pone de manifiesto la fragilidad del modelo económico estadounidense.
A pesar de que los rendimientos a corto plazo de los bonos del Tesoro se han mantenido relativamente estables, las tasas a largo plazo han experimentado un aumento significativo. Actualmente, el rendimiento del bono a diez años se aproxima al 4.8%, lo que representa un aumento de 0.4 puntos porcentuales en solo un mes. Este contexto sugiere un aumento en la percepción de riesgo asociado a la deuda estadounidense, que podría afectar a la inversión y al crecimiento económico en el futuro.
En cuanto a los gastos, el informe señala que las salidas del gobierno durante el primer trimestre han sido un 11% más altas que el año anterior, mientras que los ingresos han disminuido en un 2%. Esto ha llevado a que los pagos de intereses sobre la deuda nacional se hayan elevado a 308.4 mil millones de dólares en lo que va del año fiscal, un aumento del 7% respecto al año anterior. Se prevé que los costos de financiamiento superen el trillón de dólares para el total del año, lo que marcaría un nuevo récord.
Es notable que el gobierno estadounidense ha destinado más dinero a los intereses de la deuda que a cualquier otra categoría, salvo la Seguridad Social, la defensa y la sanidad. Este hecho pone de manifiesto la creciente presión que enfrenta la administración para equilibrar sus cuentas, en un contexto donde los gastos sociales y en defensa siguen siendo prioritarios.