La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre un posible brote de la enfermedad de Marburg en la región de Kagera, Tanzania. Sin embargo, el Ministerio de Salud tanzano ha desmentido la presencia del virus, afirmando que las pruebas de laboratorio realizadas a los casos sospechosos han dado negativo.
El ministro de Salud del país, en un comunicado emitido el miércoles, aseguró que “todas las personas sospechosas han dado negativo para el virus de Marburg”. Esta declaración se produce tras los informes de la OMS que indicaban que varios individuos en Kagera presentaban síntomas compatibles con la enfermedad, como fiebre, vómitos con sangre y hemorragias externas.
Recomendaciones de la OMS
Durante una conferencia de prensa virtual celebrada el jueves en Ginebra, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a Tanzania a enviar las muestras recolectadas a laboratorios de referencia internacionales y a recopilar muestras adicionales siguiendo los procedimientos estándar. Esta recomendación se enmarca en la necesidad de una vigilancia epidemiológica robusta, especialmente en áreas donde se han registrado síntomas alarmantes.
Tanzania ha respondido a las preocupaciones de la OMS señalando que ha fortalecido sus sistemas de vigilancia sanitaria para detectar y responder rápidamente a posibles amenazas. Cabe recordar que la región de Kagera ya había enfrentado un brote de virus de Marburg en marzo de 2023, que resultó en nueve casos confirmados y seis muertes.
El virus de Marburg, que anteriormente se conocía como fiebre hemorrágica de Marburg, fue identificado por primera vez en 1967 tras brotes simultáneos en Marburg, Alemania, y Belgrado, Serbia. Es una enfermedad altamente infecciosa, similar al ébola, que se transmite a través del contacto con fluidos corporales o superficies contaminadas. Recientemente, Ruanda confirmó que los murciélagos son la fuente probable de sus primeros casos registrados de este virus.
En el contexto más amplio de la salud pública, es relevante señalar que en 2023, tanto Tanzania como Guinea Ecuatorial han reportado casos de la enfermedad, tras brotes anteriores en Ghana en 2022 y Uganda en 2017. La vigilancia y la cooperación internacional son esenciales para contener la propagación de enfermedades infecciosas que representan una amenaza significativa para la salud pública.
