India se adapta a las sanciones occidentales y diversifica sus importaciones de petróleo ruso

In Internacional
enero 19, 2025

La estrategia de importaciones de petróleo de Nueva Delhi está evolucionando ante la creciente presión de las sanciones occidentales contra su principal proveedor. En un mundo donde la energía alimenta las economías y guía las estrategias geopolíticas, la dependencia de India de las importaciones energéticas se ha vuelto un tema crítico, especialmente tras las sanciones impuestas a Rusia.

Desde 2022, las restricciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados han alterado los flujos globales de petróleo y han obligado a las economías más grandes a revaluar sus estrategias energéticas. Nueva Delhi se enfrenta a un delicado desafío: asegurar sus necesidades energéticas sin comprometer sus relaciones geopolíticas.

Las últimas sanciones contra Rusia, diseñadas para debilitar sus fuentes de ingresos, son algunas de las más estrictas hasta la fecha. Estas incluyen prohibiciones sobre petroleros, comerciantes y entidades vinculadas al sector energético ruso. Aunque estas sanciones buscan aislar económicamente a Rusia, sus efectos se extienden a nivel global, dejando a países importadores de energía como India navegando en aguas inciertas.

Impacto en el mercado energético y respuesta de India

Los precios del crudo Brent han aumentado a 81,01 dólares por barril, mientras que el WTI se sitúa en 78,82 dólares, reflejando el ajuste de la oferta y la creciente incertidumbre del mercado. Con un 40% de sus importaciones de crudo provenientes de Rusia en 2024, India se encuentra en una encrucijada. Las restricciones sobre la capacidad de los petroleros y los servicios de seguros han incrementado los costos logísticos y amenazado las cadenas de suministro, obligando a los refinadores indios a reconfigurar sus estrategias de abastecimiento.

En respuesta, los refinadores indios han comenzado a ajustar sus operaciones para cumplir con las sanciones estadounidenses, cesando sus relaciones con entidades en la lista negra. Se informa que las refinerías estatales están acelerando los pagos por crudo ruso, con el objetivo de finalizar sus transacciones antes de que entren en vigor las restricciones ampliadas de Washington sobre la industria petrolera de Moscú, que tienen un periodo de gracia de dos meses que finaliza el 12 de marzo.

Durante este periodo, se espera una mínima interrupción, ya que se permitirá que los envíos en curso lleguen a sus destinos. Sin embargo, es demasiado pronto para predecir el impacto a largo plazo, especialmente en lo que respecta a los descuentos y el cumplimiento del límite de precios de 60 dólares. En cuanto a los cargamentos de petróleo reservados antes del 10 de enero, se permitirá que descarguen en sus puertos dentro del marco de las sanciones, ha aclarado India.

Además de estos ajustes inmediatos, el país ha adoptado una estrategia a largo plazo para mitigar riesgos. India ha asegurado la estabilidad del suministro mientras reduce su dependencia de Rusia, diversificando sus fuentes de crudo, especialmente aumentando las importaciones de países de Oriente Medio como Irak y Arabia Saudita.

Antes de la guerra en Ucrania y las sanciones subsiguientes, Rusia se había convertido en uno de los proveedores de petróleo más fiables para India, ofreciendo crudo a precios muy competitivos. Esto no solo satisfizo la creciente demanda energética de India, sino que también protegió al tercer mayor consumidor de petróleo del mundo de la volatilidad de los mercados globales. Un momento clave en esta relación fue el acuerdo de diez años entre Reliance Industries y Rosneft, que aseguró suministros a largo plazo y reforzó la seguridad energética de India.

Sin embargo, el petróleo a precios descontados conllevaba riesgos implícitos, obligando a India a equilibrar cuidadosamente la asequibilidad energética con sus intereses estratégicos más amplios. En los últimos meses, India ha incrementado sus importaciones desde Oriente Medio, lo que subraya su resiliencia y adaptabilidad, aunque también plantea importantes interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo. Aunque el crudo de Oriente Medio está más disponible, su costo es superior al de los suministros rusos, intensificando así las presiones sobre los costos.

Las sanciones también han intensificado la competencia energética entre India y China, con ambas naciones compitiendo por fuentes alternativas de crudo. Se estima que las exportaciones de petróleo redirigidas de Rusia a India y China totalizan 140 mil millones de tonelada-millas mensuales, con entre 25 y 30 mil millones de tonelada-millas transportadas por petroleros ahora sancionados. La interrupción de estas rutas amenaza con tensar aún más las cadenas de suministro globales, amplificando la volatilidad en los mercados energéticos.

El giro de India hacia la diversificación refleja una realidad más amplia: los mercados energéticos son inherentemente geopolíticos. Para India, el desafío radica en mantener un delicado equilibrio entre la asequibilidad, la seguridad energética y la maniobra estratégica en un entorno global cada vez más impredecible.

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